viernes, 3 de octubre de 2014

¿Es el Ego una Ilusión?


Hemos visto que el conflicto y la violencia en la sociedad surgen del conflicto y la violencia que hay en nuestra conciencia. Y el conflicto y la violencia que hay en nuestra conciencia surge del proceso del ego en nuestra conciencia. Por tanto la siguiente pregunta que debemos explorar es ¿qué es el ego? ¿Existe realmente como una realidad en la naturaleza, o es una ilusión en el sentido de que es meramente una creación de nuestra propia imaginación? Esa es una pregunta importante, porque si existe en la naturaleza, entonces no la puedes eliminar. Pero si está basada en ciertas suposiciones, que no tienen ninguna existencia excepto en nuestra imaginación, entonces no tienen existencia en la naturaleza, sólo tienen existencia en la imaginación. 

De igual forma que los cuentos de hadas creados por nuestra imaginación. Pueden estar en un libro, pero no son reales, no son historias basadas en la realidad. Y cuando nosotros sabemos que son únicamente imaginarias, no crean ilusión. Pero cuando son creadas por la imaginación, y se toman como reales, entonces se convierten en una ilusión. Si el ego es algo que realmente existe en la naturaleza, entonces debemos aprender a lidiar con él y los problemas que crea. Entonces necesitamos estudiar los libros de Dale Carnegie, los cuales nos enseñan como manejar el ego: “Cómo Ganar Amigos e Influenciar a la Gente”. Nos enseña a conducir nuestras formas en la sociedad a fin de ser exitosos.

Pero lo que estamos explorando aquí es algo completamente diferente. Estamos explorando si es posible disolver el ego, a través del entendimiento del proceso que lo forma, para que no tengas que manejarlo. Así la libertad es algo totalmente diferente del manejo del ego, o el refinamiento del ego. La más sofisticada, la más educada persona expresa su ego en una forma refinada, en una forma más sofisticada que una persona no educada. Pero interiormente no hay una tremenda diferencia entre los dos individuos. Por otra parte hay una tremenda diferencia entre la persona que es libre del ego y la que está atrapada en él.

Por tanto quiero explorar contigo esta tarde si el ego es una ilusión creada por nuestra propia mente. Primero, antes que nada uno puede observar por uno mismo que no hay ningún ego por ninguna parte en la naturaleza que no sea en la conciencia humana. Los animales pueden ser violentos hasta cierto grado pero los animales no tienen un ego. Ellos no son intencionalmente ni deliberadamente violentos. Y el niño, cuando nace, es como un animal, no tiene ego ya que no tiene la capacidad de pensar e imaginarse. Por tanto tenemos que examinar: ¿cuándo surge el ego como algo existente mientras el niño crece? Porque, después de todo, todos hemos sido niños, por tanto hemos estado expuestos a este proceso. Si yo examino eso, encuentro que después de unos cuantos años de haber nacido el niño adquiere un lenguaje y adquiere la capacidad de pensar e imaginarse. Estas capacidades en sí mismas no son el ego. Vienen a nosotros en el proceso biológico de la propia evolución, la cual es una parte del orden de la naturaleza. Cuando enfrentamos estas capacidades con el instinto de buscar placer y evitar el dolor, que está allí también en el animal, entonces eso produce una receta para la formación del ego, debido a que con la conciencia humana hay no sólo dolor físico y placer físico, sino también dolor psicológico y placer psicológico.

No sólo recuerdo con hechos lo que ha pasado, sino también registro en la memoria el placer y el dolor de esa experiencia. Lo recuerdo y deseo que se repita ese placer en el futuro. Y también recuerdo un insulto, y siento enemistad por la persona que me insultó. La memoria de ese insulto puede crear una enemistad permanente. Recuerdo a la persona que me maltrató y en consecuencia lo evito en el futuro. Pero usted debe notar que cuando maltrató a un perro, éste regresó moviendo la cola nuevamente al siguiente día, ¡ha olvidado el maltrato y no se siente insultado! Pero nosotros tenemos la capacidad, no sólo de recordar el evento sino también de nutrir esta pena psicológica dentro de nosotros. Eso es lo que trae el miedo y la sospecha en nuestras relaciones. Los niños también son capaces de lastimarse, pero usted debe haber notado que de después de algunos días, han olvidado el dolor y pronto se hacen amigos con la misma persona. Pero cuando crecemos, se hace cada vez más difícil hacer esto. Y eso es el principio del proceso del ego dentro de nosotros.

Por tanto surge la pregunta si es posible no registrar nada psicológicamente; registrar sólo hechos, pero no registrar insultos ni adulaciones. Uno no está objetando a toda la memoria, porque la memoria de los hechos es necesaria y no crea ilusión o el ego. Pero la memoria psicológica interfiere con la calidad de mis relaciones en el presente. Eso significa que usted pudo haberse peleado con su esposo o su esposa hace diez años y puede de manera factual recordar que tuvo un pleito, pero si usted no está cargando con el residuo de ello en términos de dolor no afecta su relación de hoy. Es la memoria del dolor, la que constituye la memoria psicológica. Y eso es lo que crea una dificultad en la relación. A menudo observamos que tenemos amigos, quienes son muy  buenos seres humanos, pero algo va mal entre ellos; y no pueden conducirse para vivir en paz juntos. No es que no lo deseen sino que no pueden. Y eso es cómo las relaciones se hacen difíciles y se fracturan.


Así que ésa es la próxima cosa a mirar en nuestra vida, ¿por qué registro la adulación y el insulto? No son hechos. Si alguien viene y me dice, “ Ah, mire su cátedra fue divina, fue maravillosa, usted es un gran hombre”, es una exageración, es una mentira. ¿Por qué encuentro eso tan placentero, por qué lo registro? O viene y le dice “Usted es un estúpido, tonto, está perdiendo su tiempo, usted no entiende nada” y yo me siento insultado y conservo ese insulto en mi mente, y siento enemistad por esa persona. Lo vimos esta mañana. Si usted está cargando un bote para las limosnas, y alguien pone algo en él, lo trata como amigo pero si él toma algo del bote entonces lo trata como enemigo. ¿Por tanto hay algún tipo de imagen que estoy formando, una reputación que estoy buscando, por lo cual encuentro útil la adulación y doloroso el insulto?

¿Por lo tanto debo preguntarme por qué tengo esta imagen, por qué busco esta reputación para mí? Encontrará que proviene del hecho de que nos gustaría que la comunidad piense mejor de nosotros de lo que realmente somos. No quiero que la gente sepa cómo soy exactamente, qué pretendo, y me gustaría crear una imagen de un ser humano superior y que carguen con esa imagen de mí. Desde luego que crea un conflicto en mí porque tengo que vivir constantemente manteniendo esa imagen y actuando diferente a como realmente yo soy. Pero estoy dispuesto a tolerar ese conflicto porque deseo las ventajas que esta buena imagen en la sociedad me da, que significa que no soy completamente honesto. Y somos deshonestos porque estamos buscando algún tipo de provecho. Eso en sí es el proceso del ego.

La siguiente pregunta que me tengo que hacer es, ¿es posible vivir sin ninguna imagen?
Ser completamente honesto, ser yo mismo, independientemente de lo que la gente piense sobre mi. Permita que su esposa o su amigo sepa exactamente cómo es usted, con todas sus debilidades y sus defectos y las llamadas virtudes y logros y que decidan si desean continuar con usted o no. No quiero pretender que esa persona permanezca conmigo amigablemente, porque he visto la complicación que resulta de tal pretensión. Reduce la calidad de nuestra vida. Crea un conflicto entre lo que yo soy y lo que yo deseo que otros piense sobre lo que yo soy. Esa imagen es sólo una cosa imaginaria, que no es realmente la realidad del yo, y por tanto basada en la ilusión. El ego, esa división, proviene de la imagen, no del hecho. El ego surge de la manera en la que yo enfoco la vida.

Es fácil ver que mi casa no crea el ego en mí, sino que creo al ego en relación a mi casa. Surge si yo me siento apegado a ella y se convierte en algo muy posesivo. Y parece que es verdad en todo. Puedo enfocar todo en forma no egoísta o puedo enfocarlo egoístamente. Puedo hacer mi trabajo no egoístamente y puedo hacer el mismo trabajo egoístamente. Por tanto el ego no es la actividad. Radica en la forma en la que miro esa actividad y me involucro en esa actividad. Lo que significa, necesito vigilar mi motivo. ¿Con qué motivo me estoy relacionando, con qué motivo estoy haciendo mi trabajo? Un científico puede estar trabajando 16 horas diarias en su laboratorio, porque desea aprender sobre el espacio, desea aprender cómo el sol ilumina y por qué el cielo es azul. Ese es su interés, ésa es su pasión, eso es lo que él quiere aprender. En eso, no hay ego. Pero en el momento en el que empieza a sentir que debe ser el primero en descubrirlo, que desea hacer esto a fin de conseguir el Premio Nobel, la misma actividad se convierte en una actividad del ego, porque no lo está haciendo por el gusto de aprender, lo está haciendo por un resultado, por un reconocimiento.

Por lo tanto el ego es muy sutil y nadie más puede realmente saber qué motivos tiene.

Hay un diálogo interesante entre Arjuna y el Señor Krishna en el Bhagavad Gita. Arjuna le pregunta a Krishna, ¿cómo es el  hombre liberado? ¿Cómo duerme, cómo trabaja, cómo vive? Y Krishna le dice, él vive exactamente como cualquier hombre ordinario, él trabaja como cualquier hombre ordinario y él duerme como cualquier hombre ordinario, y sin embargo, no es la misma cosa porque no lo hace por las mismas razones.

Es sólo la diferencia interna del motivo que distingue si es un proceso del ego o si no es un proceso del ego. Por tanto no es un asunto que tenga que ver con lo que hace o con lo que no hace, sino cómo enfoca lo que está haciendo y cómo enfoca lo que no está haciendo.

Esto no es algo que sea altamente filosófico y difícil de entender. Después de todo, enseñamos a nuestros estudiantes en la escuela a jugar por el gusto de jugar y a hacer las cosas bien por el gusto del amor a la excelencia y no da mucha importancia al resultado que se convierte en una actividad egoísta. Así que puede jugar egoístamente y puede jugar el mismo juego no egoístamente. Si no es egoísta entonces no importa que usted pierda, hay el gusto, el gozo de haber jugado y eso le da alegría para felicitar a su amigo por haber jugado mejor y haber ganado el juego. No hay frustración. Eso es lo que llamamos espíritu deportivo. Ahora, la vida es como un juego. Y si un juego puede jugarse no egoístamente, ¿por qué no se puede vivir sin egoísmo? Desde luego que puede. Hemos de alguna manera aceptado que no puede ser y esa suposición es una ilusión.

El ego nace de la ilusión de que pensamos que si trabajamos por interés propio, nos beneficiaremos. Realmente si usted trabaja por interés propio, lo cual significa a fin de recibir reconocimientos, tener más poder, tener más dinero, una mejor reputación, ello baja la calidad de su vida. Nosotros queremos todo eso a fin de ser felices pero la felicidad se destruye por el enfoque egoísta y por lo tanto la calidad de su vida se ve reducida. ¡Así que es una ilusión pensar que enfocar la vida con interés propio es nuestro propio interés! Normalmente pensamos que es malo ser egoístas, porque otra gente sufrirá y yo me beneficiaré de mi egoísmo. Decimos que usted está definiendo el beneficio muy estrechamente, muy poco inteligentemente. Usted no está separado de la otra persona y lo que usted considere ser un beneficio es en realidad, en el fondo, no beneficioso.

Si vemos la verdad de ello y si realmente percibimos el peligro del proceso del ego, no a través de una explicación, no meramente como una conclusión racional con la que estamos de acuerdo, entonces esa percepción  del peligro actuará en nuestra conciencia y eliminará el proceso del ego. Su deseo de hacerlo no actúa. Su acuerdo tampoco actúa, porque el conocimiento y las ideas no cambian la conciencia. Pero una percepción profunda de la verdad cambia la conciencia. Y nosotros tenemos esta capacidad de revelación (insight).

Déjeme darle un ejemplo. Consideremos la adicción a fumar. El ser humano, antes de fumar, no era un adicto a fumar, lo cual significa que él podría haber visto un cigarrillo y ello no creó un deseo irresistible para fumarse ese cigarro. Pero por varias razones de tipo social empezó a fumar y eso le provocó una sensación de placer. Ese placer lo registró y ahora desea repetir ese placer. El desea tener más y más de ello, y eso creó un cambio químico, y ahora, cuando él ve un cigarro le produce un irresistible deseo de tener un cigarro y por tanto se hizo adicto. Algo ha cambiado en su cerebro, en la computadora de la que platicamos esta mañana. Anteriormente, la computadora no había creado el deseo cuando vio un cigarro pero ahora creó un deseo irresistible cuando ve uno. Y la pregunta que estamos haciendo es ¿puede ese hábito eliminarse? ¿O puede él luchar constantemente con ello, puede solamente controlar su deseo pero no liberarse de él nuevamente? He observado a mis amigos. Ellos están constantemente luchando con ello. Tienen que evitar todos los lugares donde otros están fumando o donde hay cigarrillos; de otra manera están tentados de comprarlos. Pero, ocasionalmente, usted no se topa con una persona que siente una punzada de dolor en su pecho y se da cuenta que el cigarro lo está matando. ¡Cuando eso sucede y el peligro realmente se percibe el deseo desaparece! Algo profundamente cambia en su cerebro y rompe con el circuito de los nervios que estaba creando ese irresistible deseo. Krishnamurti lo llamó mutación en el cerebro. Si eso sucede estás libre, no tienes que lidiar con el problema nuevamente. El ciclo habitual se ha roto.

Por el Prof. P. Krishna


Ex Rector del Centro de Educación de Rajghat, Fundación Krishnamurti India, Varanasi 221001, India








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