miércoles, 24 de junio de 2015

El perdón


El Dios de algunas escrituras es una deidad vengativa, siempre dispuesta a castigarnos. Pero Jesús nos mostró la verdadera naturaleza de Dios. […] Él no destruyó a sus enemigos con «doce legiones de ángeles», sino que, por el contrario, superó el mal con el poder del amor divino. Sus acciones demostraron el amor supremo de Dios y la conducta de los que son uno con Él.


«Se debe perdonar todo agravio —afirma el Mahabharata—. Se ha dicho que la continuación de la especie se debe a la capacidad de perdonar del ser humano. El perdón es sagrado; gracias al perdón, el universo se mantiene cohesionado. El perdón es la fuerza del poderoso; el perdón es sacrificio; el perdón es sosiego para la mente. El perdón y la dulzura son las cualidades de quien es dueño de sí mismo y representan la virtud eterna».

«Pedro se acercó entonces y le dijo: “Señor, ¿cuántas veces tengo que perdonar las ofensas que me haga mi hermano? ¿Hasta siete veces?”. Dícele Jesús: “No te digo hasta siete veces, sino hasta setenta veces siete”». En cierta ocasión, oré profundamente para comprender este exigente consejo. «Señor —protesté—, ¿es eso posible?». Cuando finalmente escuché la Voz Divina, su respuesta me llegó como un torrente de luz, dándome una lección de humildad: «¿Cuántas veces, ¡oh hombre!, perdono diariamente a cada ser humano?».


Al igual que Dios nos perdona constantemente, a pesar de conocer todos nuestros pensamientos [errados], así también quienes se hallan en total sintonía con Él tienen de forma natural ese mismo amor.


De tu corazón debe brotar una compasión que mitigue todos los sufrimientos de los corazones de los demás, la misma compasión que permitió a Jesús decir: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen». Su gran amor los incluía a todos. Podría haber destruido a sus enemigos con una sola mirada, pero al igual que Dios nos perdona constantemente, aun cuando conoce todos nuestros malos pensamientos, así también las grandes almas que están en armonía con Él nos brindan ese mismo amor.


Si deseas desarrollar la conciencia crística, aprende a ser compasivo. Si en tu corazón brota un genuino sentimiento de amor por los demás, estás comenzando a manifestar ese gran estado de conciencia. […] Krishna dijo: «Es un yogui supremo aquel que contempla en forma ecuánime a todos los hombres [...]».


Nada se logra con la ira y el odio. En cambio, el amor recompensa. Puedes intimidar a alguien, pero una vez que esa persona recobre su fuerza, tratará de destruirte. Así pues, ¿la has vencido realmente? No. La única forma de vencer es mediante el amor. Y cuando no puedas vencer, simplemente permanece en silencio o aléjate, y ora por aquella persona. Ésa es la manera en que debes amar. Si practicas este principio en tu vida, tendrás una paz inconcebible.


Afirmación



Teoría sobre las afirmaciones e instrucciones para su práctica

«Hoy perdono a todos los que me hayan ofendido alguna vez, y brindo mi amor a todos los corazones sedientos, tanto a los que me aman como a los que no me aman».

fuente:http://www.yogananda-srf.org/HowtoLive/El_perd%C3%B3n.aspx#.VYr_W_ntlBc

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