jueves, 11 de febrero de 2016

LA SEMILLA DE LA UNIDAD (YO SOY)


Afirmaciones para implantar la semilla de la unidad. 
Desde el centro de poder de mi amado yo soy, hoy abro mi corazón para que la semilla de la unidad brote de nuevo en mí.

Hoy afirmo que soy uno con todos, y sano todos los procesos de sombra desde la capacidad crística de mi alto corazón.

Yo soy una fuente de amor inagotable, y mi vida es regada cada día por esa fuente.
Yo soy la reconciliación interna y externa con la dualidad que hay dentro de mí y fuera de mí, y el amor es mi sanador.

CONEXIÓN CON EL CRISTO

Haz tres respiraciones profundas y decreta:
Desde el centro de poder que yo soy, me conecto con la verdadera fuente de luz llamada Cristo, más allá de creencias y religiones. Despierto la fuente de amor que yo soy. Me abro al Cristo interno que hay en mí como la semilla cósmica del amor, y reactivo mi conciencia en la fuerza de la energía del Cristo universal, una llave hacia el amor de la Fuente en mí.
Respira tres veces profundamente y siente cómo de tus manos sale una energía rosa fucsia que va entrando a través de tus manos en el corazón, y esta energía se va transformando en una llave que abre tu timo como si fuera una puerta, y empiezas a sentir cómo detrás de esa puerta se encuentra un ser de infinito amor que te entrega su luz. Ese ser es tu Cristo interno.

Respira tres veces y decreta:
Yo soy, yo soy, yo soy El Cristo dentro de mí despertando la capacidad de la inmensidad del amor en mi mente y en la visión hacia la vida.

Ahora siente cómo tu Cristo interno, ese ser, sube a tus ojos y empieza a reflejar el amor como si te pusieran delante de ti un espejo que refleja lo mas puro de ti y este espejo se refleja fuera de ti mires donde mires. Cierra tus ojos y respira 10 veces, moviendo tu cabeza, sintiendo que todo lo que miras con tus ojos es amor sin necesidad de ver con los ojos físicos. Ahora miras con los ojos del alma, que no tiene condiciones, con lo que ve simplemente ama.

Al finalizar este ejercicio, abre tus ojos y decreta:
Estoy despierta, despierto dentro del Cristo y todo lo que veo, más allá de la apariencia, lo reconozco como amor dentro de mí.

Vuelve a cerrar tus ojos y siente cómo el Cristo interno sube a tu mente y ve respirando profundamente sintiendo cómo en tu cerebro se crea un arquetipo de un corazón magenta que tiene el poder de transformar tus pensamientos y recuerdos en amor.

Respira 10 veces y decreta:
Desde el centro puro del amor, me expando dentro del Cristo interno reconectando con la semilla de la unidad en mí. Más allá de las barreras y separaciones, me unifico dentro de mí como ser humano, honrando mi femenino y mi masculino, reconociéndome como única, como único y sintiéndome uno y una con todo. Recupero la semilla de la unidad en mí.

Ahora sentirás cómo te expandes por todo el planeta. Saldrás del planeta y te conectarás con una llama rosa. Báñate en ella hasta que lo sientas y ve respirándola profundamente.

Una vez hayas terminado, abre tus ojos y decreta:
Yo soy la resurrección del Cristo en mí, recuperando mi eterna capacidad de amar, reconociéndome como parte de la Fuente, avanzando en el amor y superando todos los no amor de mi vida. Hecho está.
Reconozco al Cristo interno y externo como parte de mi luz. Me amo y amo. Gracias, gracias, gracias.

ACTIVACIONES DE NUESTRO FARO DE LUZ

Pon las palmas de las manos hacia arriba. Siéntate con la espalda recta. Relaja tus piernas. Pon enfrente de ti una vela de color rosa.

Enciéndela y declara:
Enciendo la llama, enciendo mi luz. Enciendo la llama, enciendo mi luz. Enciendo la llama enciendo mi luz. En este día reactivo mi faro de luz para ser una luz que brilla más allá de miedos, de penas y fracasos. Soy un faro iluminador en este mundo y nada ni nadie puede apagar mi luz por más que lo intente. Yo me declaro luz inamovible, luz eterna iluminando todos mis caminos y alumbrando al mundo, para que el mundo que vea mi faro automáticamente, si así lo siente, se encienda su faro y sea un faro de luz que da luz con su presencia, aceptando la oscuridad pero sin que ésta me pueda apagar mi luz. Yo soy el faro renacedor de la Fuente divina en el mundo. Me amo, me amo, me amo, y este faro me iluminará y guiará siempre hacia el camino del amor. Pase lo que pase y vea lo que vea, mi faro me ayuda a no condenar y seguir caminando hacia el amor, que es la esencia del Universo. Gracias, gracias, gracias. Me amo.

Que la luz de los faros de Dios guiemos a la sociedad hacia un nuevo amanecer,
donde el amor sea nuestro.
Sólo si creemos podemos.
Nunca lo olvidéis.
Mil gracias.
Sergio Ramos.


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