miércoles, 20 de abril de 2016

Conexión de Espíritu a Espíritu


Hubo un momento en la historia de la humanidad en que se dejó de lado lo espiritual para darle más peso e importancia a lo científico y racional. Este fue un paso que se debió dar. Un paso que se necesitó transitar para hoy necesitar volver, y comprobar que muchas veces lo científico no puede explicarlo todo. Que la razón no puede captarlo todo en conceptos. Es por eso que esa transición fue importante, y ahora es tiempo de regresar a esta sabiduría de vida, a estas fuerzas arquetípicas que nos han acompañado todo este tiempo en silencio esperando el momento de volver a ser consideradas.

Y esto no significara dejar de lado lo intelectual sino más bien, integrar todo.

Si por considerar la existencia de los Ángeles dejamos de lado lo que la ciencia o la razón han llegado a conquistar, esteremos haciendo lo mismo pero en sentido contrario. Es decir estaremos negando algo, para reforzar lo opuesto. Y aquí no hay opuestos, aquí no se suprime una idea porque exista la otra.

Estoy invitándolos a abrir la percepción para que puedan existir y convivir en armonía el plano del pensar con el plano espiritual. Es posible, y comienza abriendo nuestro propio corazón. Y viendo que nuestras herramientas para comprender son más ahora.

Considerar la existencia del mundo espiritual puede ser muy útil y puede ayudar sorprendentemente en nuestra vida. Entonces sólo los invito a hacer el intento.

Convivimos en infinidad de planos, pero resumidamente podemos hablar del plano material y el plano espiritual.

En el plano material está nuestro cuerpo, nuestra personalidad, nuestras falencias, nuestras buenas y malas posturas ante la vida. Desde esta parte nos peleamos cuando tenemos una discusión con alguien. Es esta la parte que no tolera la diversidad, que se siente agredida, que responde con violencia, que no ve la integridad o el todo de un conflicto. Es esta parte la que se rigidiza y crea conflicto tras conflicto, sin miras a veces de una solución.

Y por otro lado, está la parte espiritual, la parte más sabia, más calma y verdadera que tenemos. Es la parte más sana y capaz de armonizar nuestra parte material, pero que muchas veces es dejada de lado por no saber cómo conectarse con ella.
Aquí está nuestra profundidad y aquí estamos íntimamente ligados a nuestro Ángel de la Guarda o Ser Superior.

Aquí pido recuperar esta sabiduría para que no nos tomemos este tema como un simple simbolismo e imaginación, sino como algo literal.
Nuestra parte espiritual existe, está hasta en aquellas personas más aparentemente “alejadas” o “perdidas”.

Y cuando tenemos un conflicto que definitivamente no se puede resolver desde el plano material, hay que recurrir al plano espiritual.

Si existe una persona con la cual no puedo dialogar o que no puedo comprender, puedo acceder a ella en silencio entre mi Espíritu y el Espíritu de esta persona.

Supongamos entonces que por la noche podemos comunicarnos con el Ser más intimo de un Ser humano, Su Ángel, y conocer por ello sus autenticas necesidades.

¿Y quien es este Ángel? ¿Es un ser alejado, un ser aparte?

Lo que YO se de TI

Pedro Poch

En este vídeo hago una reflexión que espero te sirva en tu día a día.

¿Sigues el camino de tu verdad?


Una característica de mi personalidad es habitar los extremos.  Puedo ser tanto una cosa como su contrario (y su equilibrio también), dependiendo de las circunstancias.  Esto fue un drama hasta que comprendí su virtud y su beneficio.

En mi adolescencia y primeros años de adulta, algunas de estas posibilidades estaban al servicio de ocultar otras.  Me explico: si me sentía en inferioridad de condiciones en algún tema, surgía una parte sumamente segura (y, a veces, hasta soberbia) que lo  encubría de una forma que me permitía ir aprendiendo hasta sentirme segura realmente.  Esto tenía su ventaja, en el fondo.

Pero, en otras situaciones, la cosa se tornaba un poco, más bien un mucho, más oscura.  Debido a mi poca autoestima, a traumas consistentes, me metía en condiciones densas y difíciles, de las cuales pretendía salir mintiendo.  Lo logré unas cuantas veces.  Es más, terminé siendo una experta en engañar.

Al tiempo, esto se convirtió en una terrible coyuntura.  Una parte de mí era abierta y veraz.  Otra se había sumergido en una atroz maraña de mentiras.  El quiebre fue cuando me di cuenta de que era a mí a quien más estaba entrampando.  Yo era la que peor lo sufría.  Yo era la que más estaba perdiendo, porque… me estaba perdiendo a mí misma.

Ese momento fue la luz y la sombra. Sombra porque de allí salieron todos los miedos, dudas, frustraciones, dolores, que me involucraron en esas mentiras.  Luz porque finalmente se me revelaba el porqué y el cómo salir de ellas.

No fue fácil ni rápido.  Temía las consecuencias funestas de mi conducta.  Creía que no había nada bueno en mí.  Fue mucha labor interna para sacar mi verdad afuera y responsabilizarme de ella.

¿Por qué comencé?  Porque ya no podía vivir en la falsedad.  Era demasiado duro, vacío, atormentado, triste.  ¿Por qué continué?  Porque me comencé a sentir bien, plena, alegre, real.  Porque, al decidir afrontar lo que sea, no hubo grandes secuelas.  Esa es la paradoja de la vida: cuando eres sincero y te responsabilizas por completo, se diluye mucho de lo que fue, lo externo junto con lo interno.

¿A qué mentiras me refiero?  Pueden ser con respecto a tu trabajo, a tu pareja, a tus amigos, al dinero, a la espiritualidad, a actitudes interiores y/o exteriores, a tu integridad, a tus propósitos, muchas cosas… tú sabes…

Negar el momento presente LA DISOLUCIÓN DE LA INCONSCIENCIA


Es fundamental que lleves más conciencia a tu vida en las situaciones ordinarias, cuando todo va relativamente bien. Así irá creciendo el poder de tu presencia, que genera en ti y a tu alrededor un campo de alta frecuencia vibratoria. Ninguna inconsciencia ni negatividad, ninguna discordia o violencia podrán entrar en ese campo y sobrevivir, del mismo modo que la oscuridad no puede sobrevivir en presencia de la luz.

Cuando aprendes a ser testigo de tus pensamientos y emociones, que es parte esencial del estar presente, te sorprende el ruido de fondo de la inconsciencia ordinaria y te das cuenta de que muy pocas veces te sientes verdaderamente cómodo contigo mismo, si es que te ocurre alguna vez.
A nivel mental, encontrarás abundantes resistencias en forma de juicios, descontento y proyecciones mentales que te alejan del ahora. A nivel emocional, notarás una corriente subterránea de incomodidad, tensión, aburrimiento o nervios. Todos estos contenidos son aspectos de la mente en su habitual modalidad de resistencia.

OBSERVA LOS DIVERSOS MODOS EN QUE LA INTRANQUILIDAD, el descontento y la tensión surgen en ti como consecuencia de juicios innecesarios, resistencias a lo que es y la negación del ahora. Lo inconsciente se disuelve cuando lo iluminas con la luz de la conciencia.
Cuando aprendas a disolver la inconsciencia ordinaria, la luz de tu propia presencia brillará con fulgor, y será más fácil afrontar la inconsciencia profunda cuando sientas su atracción magnética. Sin embargo, puede que la inconsciencia ordinaria no resulte fácil de detectar, porque es muy común.

ACOSTÚMBRATE A HACER UN SEGUIMIENTO DE TU ESTADO EMOCIONAL Y MENTAL mediante la autoobservación.
Una buena pregunta que podrías plantearte frecuentemente es: «¿Estoy relajado en este momento?»
O también puedes indagar: «¿Qué está ocurriendo dentro de mí en este instante?»
Interésate al menos tanto por lo que ocurre dentro de ti como por lo que pasa fuera. Si consigues que lo de dentro esté bien, lo de fuera encajará en su lugar. La realidad primaria está dentro; la secundaria, fuera.

Y NO TE RESPONDAS A ESTAS PREGUNTAS INMEDIATAMENTE. 

Dirige tu atención hacia dentro. Mira dentro de ti.
¿Qué tipo de pensamientos está produciendo tu mente? ¿Qué sientes?
Dirige tu atención al cuerpo. ¿Notas alguna tensión?
Cuando detectes cierto nivel de incomodidad, el ruido de fondo, observa cómo estás evitando, resistiéndote o negando la vida por negar el ahora.
Hay muchas maneras de resistirse inconscientemente al momento presente. Con la práctica aumentará tu poder de autoobservación, tu capacidad de hacer un seguimiento de tu estado interno.

DONDEQUIERA QUE ESTÉS, MANTENTE PLENAMENTE PRESENTE

¿Estás estresado? ¿Estás tan agitado tratando de llegar al futuro que el presente queda reducido a un medio para alcanzarlo? Lo que causa tensión es estar «aquí» queriendo estar «allí», o estar en el presente queriendo estar en el futuro. Es una disyuntiva que te desgarra por dentro.
¿Te absorbe mucha atención el pasado? ¿Sueles hablar de él y pensar en él positiva o negativamente? ¿Piensas en los grandes logros que has alcanzado, en tus aventuras y experiencias, o en tu historial de víctima y en las cosas horribles que te sucedieron? ¿O quizá piensas en lo que tú hiciste a otra persona?
¿Qué crean tus pensamientos: culpa, orgullo, resentimiento, ira, lamentos, autocompasión…? Entonces, además de reforzar un falso sentido de identidad, estás ayudando a acelerar el proceso de envejecimiento de tu cuerpo produciendo una acumulación de pasado en tu psique. Verifícalo por ti mismo observando a las personas cercanas que tengan una fuerte tendencia a aferrarse al pasado.

HAZ MORIR EL PASADO CADA MOMENTO. 

lunes, 18 de abril de 2016

Neurocientífica de Harvard demuestra que la meditación reduce el estrés y altera físicamente el cerebro


Que la meditación trae paz y armonía, es algo indudable, y sólo aquellos que la experimentan puedes decir. Pero la ciencia está dando unos pasos, el llamado “puente entre la ciencia y la espiritualidad”, confirmando algo que fue desacreditado anteriormente por muchos, por no ser palpable.

Sara Lazar, una neurocientífica del Hospital General de Massachusetts y la Escuela de Medicina de Harvard, fue una de las primeras científicas en aceptar las afirmaciones subjetivas acerca de los beneficios de la meditación y la atención, poniéndola a prueba con el uso de escáneres de TC, como cuenta en el Washington Post.

Lo que encontró la sorprendió. La meditación puede literalmente cambiar su cerebro.

“Yo y un amigo estábamos entrenando para la maratón de Boston. Tuve algunas lesiones por esfuerzo y busqué un fisioterapeuta, quien me dijo que dejara de correr y solo hiciera estiramientos. Así que empecé a practicar el yoga como una forma de terapia física. Me di cuenta de que era muy poderoso, que tenía beneficios reales, así que estaba interesada en saber cómo funcionaba“, dice Sara Lazar.

Sara añade: El maestro de yoga utiliza varios argumentos, diciendo que el yoga incrementa la compasión y abre el corazón. Y yo pensé: “ok, ok, ok, estoy aquí para estirarr.” Pero empecé a darme cuenta de que estaba más tranquila. Yo era capaz de manejar las situaciones más difíciles. Yo estaba más compasiva y con el corazón más abierto, y era capaz de ver las cosas desde el punto de vista de los demás.

Pensé, tal vez era sólo una respuesta de efecto placebo. Pero entonces hice una búsqueda en la bibliografía de la ciencia, y vi evidencias de que la meditación se asoció con una disminución del estrés, la depresión, la ansiedad, el dolor y el insomnio, y una mayor calidad de vida.

Para entonces, yo estaba haciendo mi doctorado en biología molecular. Así que decidí cambiar de forma y empecé a hacer esta investigación como pos-doctoral.

Ya está demostrado que nuestra corteza se encoge con la edad, se vuelve más difícil de entender las cosas y recordar cosas. Pero la misma región del córtex prefrontal, los meditadores con 50 años de edad tenían la misma cantidad de materia gris que las personas de 25 años.


Así que la primera pregunta era, bueno, tal vez las personas con más materia gris en el estudio ya tenían más grises antes de que empezaran a meditar. Lo mismo hice un segundo estudio, en el que el cambio fue probado.

Sara Lazar dice que los estudios comienzan a mostrar cambios en el cerebro después de ocho semanas de meditación. El estudio incluyó a los participantes que practicaban un promedio de 27 minutos de meditación al día, también se logran excelentes resultados en la concentración y disminución del estrés.



“La vida colectiva”


“Igual que las piedras, las plantas, los animales, el ser humano forma parte del universo. 

Pero, en tanto que ser pensante, tiene que desempeñar en él un papel particular: debe participar en la construcción de este edificio que es la vida colectiva. 

Aquél que sólo trabaja para sí mismo, nada de bueno puede sucederle. 

Alguno dirá: «Pero, ¿cómo? ¡Cuando trabajo para mí es cuando gano algo!» No, porque este «yo», al que dedica todos sus esfuerzos, este yo egoísta, separado de los demás, es como un abismo y concentrándose sólo en sus intereses, el hombre echa, sin darse cuenta, todas sus riquezas a este abismo. 

Creyendo ganar, en realidad pierde.

Raros son los humanos que tienen conciencia de todo lo que podrían adquirir trabajando para la colectividad; y por «colectividad», no hay que entender únicamente la colectividad humana, sino todas las criaturas del universo, hasta Dios mismo.

Para ser feliz tienes que aprender a ignorar muchas cosas… y a personas


Mantenerse lejos de ciertas personas no es sólo una cuestión de comodidad, sino de salud mental. Hay actitudes que nos desequilibran por lo que nos bloquean y nos impiden sentirnos realizados, que acaban por someter nuestro bienestar emocional a los deseos de los demás.

Todos sabemos que no todas nuestras relaciones nos traen algo positivo, a pesar de que queramos que eso suceda.

Sacrificar nuestro bienestar por el de los demás está al orden del día para muchos de nosotros. Así terminamos frente al triste panorama de vivir sometidos a la voluntad de personas que no nos proporcionan sinceridad o buenas emociones. Es decir, un intercambio total de intereses y egoísmo.

Por lo tanto, con el fin de crecer, tenemos que aprender a ignorar a ciertas personasen ciertos momentos.

¿Qué debemos ignorar para ser feliz?

Las situaciones a partir de las cuales debemos empezar a dar nuestra ausencia son variadas.

Normalmente, podemos reconocer fácilmente lo que nos molesta, pero en otras ocasiones puede tomar más tiempo.

Conocer a las personas nos ayudará a tomar conciencia de la realidad, e incluso puede ayudar a anticipar estas cuestiones de manera que podamos evitar que se nos haga más daño antes de que sea inevitable. Dicho esto, veremos más cerca lo que tenemos que aprender a ignorar:

1. Las críticas de los demás

Nadie nos puede afectar sin nuestro consentimiento. En otras palabras, estamos para validar las opiniones de los demás. Lo que otros piensan acerca de nuestras elecciones no debe preocuparnos.

2. La creación de inseguridades

Hay personas que piensan que son expertos en la vida. Esto termina por crear, consciente o inconscientemente, inseguridades y pequeñas frustraciones en las personas que le rodean. Trata de ignorar este tipo de actitud o te conducirá a la frustración.

3. Preocuparse de lo que no podemos controlar

Si estamos preocupados por la forma en que esta persona va a actuar o lo que va a hacer o decir, algo está mal. Las personas saben que no deben hacernos daño deliberadamente, y no hay que preocuparse de si nos respetarán o no. Si nos hieren, es mejor que te mantengas alejado de estas personas.

4. Comparaciones obsesivas

Es bueno que la gente triunfe y tenga éxito, pero no para hacer que los demás se sientan insignificantes. Por lo tanto, concentrate en lo que puedes hacer para seguir creciendo, y recuérdate que lo que tú recibes depende en gran medida lo que tú crees.

5. Intereses y egoísmo