lunes, 16 de octubre de 2017

Soltar no es decir adiós, sino gracias


Muchas veces cuando hablamos de soltar, nos viene a la mente un adiós, un desprendimiento o separación de algo o alguien que nos haya mantenido atados a una situación. Pero debemos considerar que el verdadero acto de soltar, cuando lo asumimos desde lo más profundo de nuestro ser, es aquel que viene cargado de agradecimiento.

El agradecer por una situación que no nos ha agradado, que aún nos duele o que sentimos nos ha generado de alguna manera alguna consecuencia negativa, requiere de mucha sabiduría, requiere aceptación, entendimiento e inclusive fe.

Lo primero que debemos hacer es tratarnos de concienciar que cada situación que se nos presenta en la vida, de una forma u otra la hemos atraído, la necesitamos para poder avanzar o sanar nuestras heridas pasadas. Cuando entendemos esto, se nos hace más sencillo encontrar la relación entre diferentes acontecimientos de nuestras vidas, los nexos con determinadas personas y los pasos dados.


Ciertamente los puntos se unen hacia atrás, a medida que avanzamos en la vida es que se nos hace posible hacer una relación  precisa entre las diferentes estaciones de nuestro trayecto. Inclusive esto solo sería posible si nos lo planteásemos justo en el fin de este recorrido.

No es necesario ir haciendo conjeturas, ni trabajando cómo detectives tratando de descifrar cómo ha influido en nuestras vidas alguien en particular, o quizás tratar de darle sentido a un viaje realizado o ese trabajo que no tomamos… Solo basta con entender que todo está ocurriendo por un motivo y que cada paso que damos es el que necesitamos en ese determinado momento.

Cuando algo acaba, acaba, no debemos darle más vueltas, no debemos perder más tiempo. Todos sabemos en el fondo cuándo hemos hecho suficiente, cuándo hemos dado todo lo que podíamos, cuándo hemos llegado a límites de tolerancia, de respeto, de tiempo o cualquier otro que acote nuestra permanencia en una situación.

miércoles, 11 de octubre de 2017

3 enseñanzas Zen sobre el miedo que no tienen precio


Si el ego tuviera un motor, su combustible sería el miedo. El miedo puede hacernos temblar, hacernos sentir inútiles, o motivarnos hacia el cambio. En el estudio del Zen, aprendemos no sólo a superar nuestros temores, sino a ser valientes. Esto se conoce como el rugido del león de Zazen.


El león es la encarnación viviente del poder propio. Este animal tiene dominio sobre todo lo que ve, así como el coraje, la velocidad y el poder para alcanzar todo lo que desea. Su conducta es real y tranquila. La metáfora del león se utiliza para describir cómo se supera el miedo en la Majjhima Nikaya, una colección de discursos sobre las enseñanzas de Buda (link a los Sutras del León Zazen). Describen los temores que la mayoría de nosotros enfrentamos.



Miedo a la pérdida de la vida


El Maestro Zen, D.T. Suzuki dice que el miedo a la pérdida del cuerpo es lo que debemos superar primero. Al tratar de superar este miedo, nuestro ser interno toma conciencia de que estamos amenazando la bien aceptada noción de que somos simplemente seres corpóreos, y ese “pensamiento” nos asusta.

Necesitamos observar las sensaciones corporales que surgen cuando simplemente reflexionamos sobre el temor. Se produce una sensación de vacío en el bajo vientre, hay una inmovilidad en la base de la lengua, y nuestra respiración se restringe. Si tratamos de eliminar estas sensaciones corporales, sin embargo, el miedo se convierte en una cosa sin sentido. Es a través del cuerpo, que podemos hacer desaparecer el miedo de la mente.

Sukuki atestigua que, de acuerdo con el Zazen, nuestro objetivo es mantener el abdomen bajo lleno de energía, la respiración siempre uniforme, el latido del corazón tranquilo y los músculos de todo el cuerpo resilientes para que si las emociones como el miedo surgen, puedan ser fácilmente encontradas y despedidas.



Miedo a la pérdida del “yo”


Aunque podamos anhelar niveles de conciencia más ricos, no siempre estamos tan dispuestos a dejar ir los hábitos y las muletas que han sostenido nuestro actual nivel de conciencia. Como el poeta sufí Rumi dijo una vez, “Nadie encontrará su camino a la Corte de la Magnificencia hasta que sea aniquilado”.

El miedo nos hace equivocarnos, o nos vuelve dóciles; subyugados a la inmovilidad del mundo, por miedo al cambio. Nuestra conciencia fluctúa fácilmente, y nos cuesta alcanzar un estado de Zen, y con mayor dificultad en nuestras actividades diarias. Es sólo cultivando los 4 estados mentales Zen que podemos “llenar nuestros abdómenes” de poder y rugir como un león con valentía.



Miedo al sufrimiento

Neuronas espejo: ¿Porqué absorvemos las emociones de los demás?


Las sinapsis que se disparan entre las neuronas de nuestro cerebro, lo que podríamos llamar el acoplamiento neuronal,  nos lleva a recoger las frecuencias de otras personas.


En un artículo anterior explorábamos cómo nuestro cerebro cambia físicamente en función de nuestros pensamientos. El hecho de ser optimista o pesimista altera la estructura de nuestra red neuronal. Para mayor información hacer click aquí para acceder al artículo.


Así es, puedes alterar la realidad con tus pensamientos, modificas la estructura de tu cerebro en función de si piensas de un modo o de otro; es moldeable. Si eso por si solo ya es sorprendente, lo increíble acaba de empezar. No sólo tus pensamientos pueden alterar tu cerebro, tu estructura física, y cambiar esas sinapsis. ¡Los pensamientos de los que te rodean pueden hacerlo también!

Las neuronas espejo


Si hay alguna habilidad que realmente nos separa de nuestros antepasados ​​primates, es la de la imaginación. Es la raíz de todo: arte y arquitectura, de las historias (ficticias) que formaron las fábulas que ahora reinan la vida de miles de millones.

Se denominan neuronas espejo, a una cierta clase de neuronas que se activan cuando un animal ejecuta una acción y cuando observa esa misma acción al ser ejecutada por otro individuo, especialmente un congénere.

Las neuronas del individuo imitan como si de un reflejo en el espejo se tratase, la acción de otro: así, el observador está él mismo realizando la acción del observado, de allí su nombre de “espejo”. Tales neuronas habían sido observadas en primer lugar en primates, y luego se encontraron en humanos y algunas aves. En el ser humano se las encuentra en el área de broca (el área del cerebro que corresponde a la producción del lenguaje) y en la corteza parietal.

En las neurociencias se supone que estas neuronas desempeñan una función importante dentro de las capacidades cognitivas ligadas a la vida social, tales como la empatía (capacidad de ponerse en el lugar de otro), la imitación y el aprendizaje. De ahí que algunos científicos consideran que las neuronas espejo son uno de los descubrimientos más importantes de las neurociencias en la última década.

El aprendizaje y la experiencia en la memoria e imaginación


La imaginación no solo nos permite contemplar mundos inexistentes, también nos permite recordar,  vivir en el pasado y en el futuro, y al escapar del momento presente, podemos usar nuestros recuerdos del pasado para predecir lo que sucederá en el futuro. Es decir: Yo sé por experiencia pasada que el fuego quema la piel, así que sé dentro de mi mente que si me meto la mano en un fuego voy a perder mi carne.

Esto es tan instintivo que ni siquiera reconocemos que está sucediendo constantemente con cada símbolo que estamos percibiendo en nuestros momentos del día a día. Pero es esta habilidad la que nos permite navegar la complejidad de nuestra sociedad. Aún más emocionante es el hecho de que esta habilidad también funciona con las emociones, no sólo las situaciones.

El espejo emocional: la empatía


La premisa, de nuevo, es bastante simple: cuando vemos a alguien experimentando una emoción (ya sea ira, tristeza, felicidad, etc.), nuestro cerebro “prueba” esa misma emoción para imaginar por lo que la otra persona está pasando. Y lo hace intentando disparar las mismas sinapsis en su propio cerebro para que pueda intentar relacionarse con la emoción que está observando. Esto es básicamente empatía (para ver las cualidades de una persona empática hacer click aquí).


Aunque también tiene un lado malo: cuando ese espejo no refleja la condición de una persona, sinó de un tumulto. Es cómo conseguimos la mentalidad de la masa. Una persona tranquila puede encontrar repentinamente que adopta una actitud contra un enemigo común por la influencia de docenas de mentes enojadas. Aunque no siempre es negativa, pues esa emoción en colmena es nuestra felicidad compartida en los festivales de música, o nuestra solidaridad en la tristeza durante las tragedias.

Pero, ¿Y si aquellos que me rodean no paran de quejarse?¿Mis neuronas espejo refejan ese comportamiento y sus emociones negativas?

martes, 10 de octubre de 2017

Los programas profundos de tu mente condicionan tu vida


El primer regalo de un estado de vida consciente es cuando descubres que, en lugar de ti, son en gran medida los programas profundos de tu mente condicionada los que están viviendo tu vida.


La sociedad y la cultura en la que hemos crecido han programado esos patrones fijos de la mente en nosotros, y nuestra identidad; quiénes somos y cuál es nuestro trabajo en este mundo, se basan en esos patrones condicionados.

La mente dominada por el Ego juega sus juegos en la vida cotidiana, y crea los personajes y escenarios necesarios para dichos juegos. El contenido de tal escenario está determinado por el entorno y la educación del individuo, es decir, la cultura en la que crecemos. Como resultado, se crean escenarios totalmente diferentes en las diversas culturas de nuestra Tierra.

Al inicio de nuestro viaje, nos identificamos con estos escenarios, que nos proporcionan el sentido de una identidad sólida, y los patrones de pensamientos fijados en los escenarios se manifiestan en varios juegos mentales durante nuestra vida cotidiana. Sin embargo, en el curso de nuestro viaje hacia la Conciencia, nuestro objetivo no es crear un carácter positivo, y por lo tanto un escenario agradable, sino encontrar la Existencia detrás de cada escenario.

Nos damos cuenta de que no necesitamos convertirnos en nada, porque ya estamos en posesión de las características que hemos estado buscando hasta ahora, buscando una imagen proyectada en el futuro. Todo lo que necesitamos hacer es cambiar nuestro enfoque de atención desde el borde externo (Ego), y dirigir ese enfoque conscientemente hacia nuestro centro (Presencia).


¿Qué necesitamos saber acerca de estos patrones mentales fijos y condicionados?

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1. Los patrones fijos de la mente son individuales, ya que reflejan las expectativas del entorno particular en el que hemos sido educados. Las expectativas suelen influirnos inconscientemente, casi como programas profundos automáticos de la mente.

2. Estos patrones sistemáticos de pensamientos, programados en cada uno de nosotros por nuestros padres y profesores están profundamente incrustados en la mente y subconsciente por los mecanismos psicológicos de la identificación, y surgen automáticamente de vez en cuando.

3. Estos patrones se esfuerzan por ser autosuficientes, y generan el trabajo de la mente. El resultado es la telaraña de los pensamientos con los que te identificas y así es como vives tu vida. ¿Te has planteado alguna vez cuántos de los pensamientos que hay en tu cabeza son verdaderamente tuyos?

4. Estos condicionamientos se han convertido en una parte de nuestra mente en el transcurso de la educación; son tan profundos que una situación particular o persona puede activarlos inmediatamente sin que nos demos cuenta. Nuestro pensamiento se coloca automáticamente la máscara (o patrón) adecuada para la situación particular, adaptada a las expectativas de la situación o persona.

5. Los métodos operativos fijos de la mente no pueden ser derrotados por las obras de la mente misma, es decir, por el esfuerzo, la práctica o la fuerza de voluntad.

6. Cuando aparece un patrón mental fijo, todo lo que necesitas hacer es observar cómo funciona, qué expectativa lo activa. Pero no es necesario combatirlo, no es necesario hacer ningún esfuerzo para neutralizarlo.

7. Cuando ves y reconoces cómo funcionan tus patrones mentales fijos, el suministro de energía que reciben se seca gradualmente, ya que la energía que antes proveía estos patrones ahora provee la aparición de un estado de alerta (o de ser consciente) más profundo, estas en el presente, y eres consciente de lo que dices y haces, vigilas tus pensamientos, así, difícilmente aparecen automatismos. De esta manera, los patrones mentales condicionados pierden gradualmente su poder y desaparecen.

8. De esta manera, la Conciencia y la Presencia dominarán cada vez más la mente, y se manifestarán en períodos de silencio cada vez más largos. Así es como la mente recupera su misión original, y se convertirá en un medio por el cual la Conciencia es capaz de expresarse en el mundo de las formas.


La Observación de la Conciencia

¿Cuándo se nos enseña a juzgar a nuestro cuerpo?


Hasta cierta edad, no nos planteamos ningún juicio acerca de nuestro cuerpo. No lo menospreciamos. Pero al ir haciéndonos mayores, empezamos a juzgarlo.


No nos gustan nuestras orejas, pies, barriga, frente, ojos, labios, manos, piernas…. Incluso personas a las que la mayoría les pudiéramos atribuir físicos envidiables, se suelen sentir acomplejadas por algún aspecto de su anatomía. ¿Cómo es posible?

No me había planteado este echo hasta que vi un video de una campaña de Jubilee Project. El video se titula “Confortable: 50 personas 1 pregunta”. En él reúnen a 50 personas, adultos y niños de entre 5 y 10 años, y les plantean una pregunta muy simple:

Si pudieras cambiar algo de tu cuerpo, ¿Qué cambiarías?

Los adultos tienen respuestas predecibles: Me gustaría ser más alto, tener menos frente, mis mejillas, mis orejas son demasiado grandes, las marcas de la cesárea tras el parto, mi piel (acné, eccemas..), me gustaría tener los ojos más grandes, mis piernas…

En cambio, lo sorprendente, aunque debería ser lo normal, son las respuestas de los niños. Al hacerles la misma pregunta es bonito oír qué cambiarían ellos:

Tener una cola como la de una sirena, los dientes de un tiburón, tener alas, poder teletransportarse, tener las piernas de un guepardo para correr más rápido…

Y se añade la reafirmación de una de las niñas que dice. “Me gusta mi cuerpo, solo cambiaría para tener la cola de una sirena”.

¿En qué momento se nos enseña a juzgarlo?

Los cánones de belleza cambian con el tiempo, solo haciendo una mirada a nuestra historia se hace evidente. Hay épocas en que las mujeres más deseadas estaban rellenitas (pues implicaba que tenían una buena posición social y podían comer bien), o la piel más hermosa era blanca (pues si estaban morenas quería decir que trabajaban en el campo). Actualmente, dependiendo del país en el que nos encontremos, los cánones de belleza cambian.

Se nos introduce un juicio que NO nos es innato. Sin buscar culpables, pues eso no nos beneficia ni arregla el problema. Solo ser más conscientes de las ofensas que practicamos cada día con nosotros mismos.

Todos sabemos que no es correcto, o bueno, criticar o juzgar a los demás, pero, ¿y lo que nos decimos a nosotros a diario?

lunes, 9 de octubre de 2017

Y llega el momento en que despiertas y sencillamente ha dejado de doler


Muchas veces un dolor nos acompaña por un largo período de tiempo, es un dolor tan nuestro, que no imaginamos siquiera que nos llegue a abandonar. Lo hemos adoptado, nos genera la cuota de sufrimiento que le hemos permitido en nuestras vidas.

Algunas veces se acentúa, otras se aligera… Pero siempre allí, especialmente cuando nos vamos a la cama y cerramos los ojos y también cuando iniciamos nuestros días al abrirlos, como un buen despertador se cruza por nuestra mente recordándonos que tenemos un motivo para limitar nuestra sonrisa, para llenarnos de nostalgia, de rabia o de alguna de esas emociones que nos entrecortan la respiración, pero para nada, desde el disfrute.


Pero de alguna manera, algo en nosotros, por protección personal, decide restarle atención, decide abrir espacio a emociones más sanas, más estimulantes, más positivas, que nos permitan darle un vuelco a lo que hemos venido haciendo costumbre en nuestras vidas. Y al restarle atención, la magia ocurre: Todo lo que veíamos desde el dolor comienza a desaparecer.

No son los problemas que se nos presentan, es la atención que le damos

Cuando se nos presenta una situación que nos cuesta manejar  solemos darle demasiada importancia, tendemos a ocupar nuestra mente con muchos pensamientos asociados a esa situación y por lo general no son los más positivos que podamos crear, sino por el contrario, los que más daño pueden hacernos.


Allí en nuestra mente comienza a hacerse parte de nosotros el sufrimiento, comienza a apoderarse de nuestras vidas y a ejercer control. Creamos escenarios donde nos sentimos víctimas y desde allí cedemos las posibilidades de solucionar las cosas desde nuestras acciones, le damos el poder a lo que no depende de nosotros.

EL DALÁI LAMA SOBRE EL SEXO TÁNTRICO


AUNQUE NO ES MUY CONOCIDO POR ESTE ASPECTO, EL DALÁI LAMA ES UN ALTO MAESTRO TÁNTRICO. AQUÍ EXPLICA LO QUE ES REALMENTE EL SEXO TÁNTRICO

En la actualidad proliferan todo tipo de talleres, cursos y supuestas iniciaciones que hacen referencia al sexo tántrico, ya sea de extracción hindú o budista o incluso sin ninguna referencia a estas religiones dentro de un contexto new age. Se suele prometer en un fin de semana penetrar el misterio del éxtasis sexual tántrico. Revistas del corazón atraen al público con tips para lograr derretir a sus parejas con técnicas de sexo tántrico... Juntar las palabras "sexo" con "tantra" parece ser la receta infalible para tener éxito en el mercado de la espiritualidad moderna - se sugiere que no sólo estamos hablando de placer, sino de placer espiritual y de supremo placer espiritual no dual multiorgásmico etcétera. Hay que decir, si esto no es ya evidente, que estas enseñanzas no son en realidad tántricas -de hecho cualquier taller de sexo tántrico, por definición no es tántrico, puesto que para serlo debería de ser parte de una tradición tántrica y las tradiciones tántricas no enseñan prácticas que tengan que ver con el sexo más que a practicantes muy avanzados que han sido iniciados antes por un maestro calificado y que han cumplido ciertos pasos dentro de un sendero. Como ha dicho un maestro budista: el tantra que se enseña en el mercado espiritual contemporáneo no es más que new age soft core porn y practicar este tipo de disciplinas sin ser parte de una tradición genuina es un poco como comer tacos mexicanos en un restaurante de comida rápida en Estados Unidos, hay un vago sabor, pero nunca saben igual.

Hay que decir que las tradiciones tántricas ya sean hindúes o budistas son escuelas esotéricas milenarias (el tantrismo ha sido documentado a partir del siglo 6 más o menos,) que surgen sobre el fondo de religiones establecidas, con la característica esencial de emplear el cuerpo -y la energía sutil- como centro del despertar, es decir, con el cuerpo como el espacio mismo del trabajo espiritual (es en el cuerpo y sólo en el cuerpo donde ocurre la liberación, el moksha o el cuerpo de luz vajra). Esto y las presentaciones simbólicas de deidades en unión sexual -que representan complejos sistemas simbólicos utilizados en la meditación- han hecho que de manera superficial se considere que el tantra trata esencialmente de sexo (algunos incluso los usan como sinónimos). Esto esta muy lejos de acercarse a la realidad. El tantrismo -aunque es una categoría establecida por los académicos occidentales- tiene características básicas, sin las cuales no se puede hablar de tantra, entre ellas están, por supuesto, el estudio central de ciertos textos (los tantras) particulares a cada tradición, los cuales generalmente son considerados revelaciones de divinidades o de practicantes que han alcanzado un estado de realización que les permite acceder de alguna manera a estos textos, que en la tradición tibetana suelen considerarse las enseñanzas esotéricas del Buda primordial o alguna de sus emanaciones. Otra característica, es la necesaria iniciación (abhisheka) por parte de un maestro tántrico que tiene un estado de realización y que es depositario de un linaje de prácticas específicas ligadas a ciertas deidades. Por último hay que mencionar que la palabra tantra significa "continuidad" o "engarce", esto es el hilo continuo de una tradición secreta que busca reconocer y experimentar aquello divino e indestructible que existe de manera prístina en el cuerpo humano, que es de hecho la realidad sin tapujos u oscurecimientos.



El Dalái Lama sobre el sexo tántrico

Es importante aclarar todo esto debido a que en el nombre del tantra se realizan numerosos abusos y estafas. Muchos maestros suelen seducir a sus alumnas argumentando que lo que están haciendo es tántrico. Pero, como hemos dicho anteriormente, no puede ser sexo tántrico si antes no has dominado diversas prácticas dentro de una tradición como puede ser el vajrayana o el shivaísmo de Cachemira, etc. Para evitar abusos de poder es importante tomarse el tiempo de elegir un buen gurú o lama y entender bien los preceptos y principios de cada tradición.

Aunque en tiempos pasados en el Tíbet estaba prohibido dar a conocer información sobre el tantra y prácticas como el dzogchén, el Dalái Lama en tiempos recientes ha preferido divulgar información sobre estas prácticas iniciáticas argumentando que, debido a que es imposible evitar que se difunda información sobre el tantra, la cual en la mayoría de los casos no tiene un verdadero conocimiento del tema,  para evitar mayor desinformación, ha preferido él mismo escribir textos aclaratorios y respaldar textos de otros maestros tibetanos que también proveen información autoritaria. En el budismo tibetano tántrico, la práctica sexual aparece dentro de uno de los vehículos superiores conocido como Anuttara Yoga Tantra, bajo el término karmamudra (el sello de la acción; la pareja o consorte es considerada el vehículo hacia el sello o unión con la totalidad a través de la sabiduría de la vacuidad). Esta práctica es sólo uno de los yogas que se realizan en las etapas avanzadas, considerado por algunos el más importante, Entre otras cosas, antes de practicarlo, las personas involucradas deben de tener control total de la emisión orgásmica. Y como se ha dicho también, deben de haber trascendido el deseo sexual y el apego al placer. Algunos practicantes prescinden de una pareja física y utilizan una consorte meditativa de sabiduría (jnanamudra), que es visualizada.

 En el libro The Gelug/Kagyu Tradition of Mahamudra, el Dalái Lama explica esto: