sábado, 25 de abril de 2015

Consciencia y espiritualidad


El espectro de la conciencia: Un modelo que incluye la espiritualidad

Hasta la aparición de su primera obra (El Espectro de la Conciencia) no existía un modelo psicológico que, no solo se apoyara en los conocimientos aportados por la comunidad científica occidental, así como, en los obtenidos a partir de las grandes tradiciones espirituales, sino que, además, encarara de una forma convincente y prometedora las difíciles contradicciones que parecían surgir en el intento.

La espiritualidad, aunque no es una disciplina exclusivamente oriental, ha sido siempre el motivo central de los estudios orientales acerca de la conciencia, constituyendo también su propia fuente inspiradora. De hecho, Ken Wilber, en este libro, usa como referente básico de la espiritualidad los enfoques orientales del estudio de la conciencia, pero sin limitarse, por ello, únicamente a los mismos. Sin embargo, salvo muchas e importantes excepciones, el consenso general de la comunidad científica occidental ha calificado a la mente oriental, y al misticismo en general y sus manifestaciones – de regresiva, primitiva, o en el mejor de los casos, débil. Según psicoanalistas como Franz Alexander:

Similitudes entre las regresiones esquizofrénicas y la práctica del Yoga y el Zen, indican la tendencia general de las culturas orientales a retraerse hacia el interior de uno mismo, ante una realidad social y física abrumadoramente difícil.

La dificultad se agrava todavía más cuando, a su vez, el filósofo oriental acusa al materialismo científico occidental de ser la forma más basta de ilusión, ignorancia y carencia espiritual, llegando incluso a ridiculizar el intento de establecer un ego sano por parte de la psicología occidental, teniendo en cuenta que cualquier forma de ego es causa de sufrimiento desde el punto de vista oriental. Pero como señala Wilber:

Aunque desde su nivel de conciencia tengan razón, incluso desde el punto de vista hindú, la vida es un ciclo de involución y evolución del yo absoluto, y se reconoce que, la mayoría de nosotros viviremos como un jivatman, o ego aislado (aunque ilusorio), enfrentado a un universo desconocido. Es precisamente en dichos casos en los que las psicoterapias occidentales pueden ofrecer una liberación por lo menos parcial del sufrimiento que supone el hecho de vivir como jivatman y no hay razón para no utilizarlas en dichos casos.

Posteriormente, agrega que:

La inmensa mayoría de la gente, especialmente en la sociedad occidental, no está preparada, dispuesta o capacitada para seguir una experiencia mística, ni es conveniente empujarla a dicha aventura.

La Tesis que Wilber expone en su primer trabajo consiste en considerar a la conciencia, en un sentido estrictamente metafórico, como un espectro formado por distintos niveles, al igual que la radiación electromagnética constituye una gama de ondas de distinta longitud, frecuencia y energía, tal como puede comprobarse, por ejemplo, al observar el arco iris. Así, en el caso de que distintos abordajes de la conciencia utilicen diferentes hipótesis de trabajo, instrumentos, y medios, es muy probable que acaben conectando con distintos niveles del espectro, como ocurriría, sí diversos investigadores de la radiación usaran distintos técnicas experimentales en sus estudios respectivos, llegando a resultados diferentes. Actualmente, esto último no representaría ningún problema para los científicos, ya que serían conscientes de estar tratando con el mismo fenómeno físico, pero desde ángulos diferentes.
Concretamente, en lo que concierne a la espiritualidad, este modelo permite aprovechar su profundo valor psicológico en armonía con los conocimientos aportados por los enfoques considerados como ortodoxos.

De forma genérica, Ken Wilber concluye que, si bien los enfoques orientales intentan trascender el sueño del yo, los occidentales tratan de repararlo para evitar que el sueño se convierta en una pesadilla. Añade que, éstos últimos pueden ser utilizados como preparación preliminar y ayuda complementaria, ya que todo método encaminado a producir relajación y reducción de tensión favorece la experiencia mística, citando ejemplos como el de Suzuki en el San Francisco Zen Center, donde se patrocinaban seminarios de conciencia sensorial.

El conocimiento espiritual

En principio, parece natural advertir que en todo proceso de conocimiento es imprescindible la presencia de un sujeto conocedor frente a un objeto que represente lo conocido. Esto, a su vez, implica que el sujeto permanece ajeno a lo conocido, ya que, en tanto que observador, no puede formar parte de lo que va a ser observado. Además, en el caso de que quisiéramos conocer al observador, no habría más remedio que convertirlo, dentro de lo posible, en un objeto de conocimiento, para lo cual, se requiere, entre otras cosas, un segundo sujeto capaz de poder observarlo. (Para ver como sucede esto último, ir a la parte dedicada a la forma del desarrollo de la sección de psicología).

Por lo que se ve, estamos atrapados en un círculo vicioso sin solución, ya que, esencialmente, nos encontramos otra vez en la misma situación y ante el mismo problema; a saber, un nuevo observador separado de aquello que observa. Esto, es lo que se conoce como el dualismo sujeto-objeto, o en términos más técnicos, el dualismo epistemológico, del que básicamente se desprenden el resto de dualismos, algunos de los cuales, son analizados por Wilber en el capítulo titulado Dos modos de saber, en donde dice:

No obstante, es curioso que este tipo de conocimiento dualista según el cual el universo se divide en sujeto y objeto (así como verdad y mentira, bueno y malo, etcétera) constituya la base fundamental de la filosofía, la teología y la ciencia en occidente.

Sin embargo, Ken Wilber, también nos recuerda que ha existido un consenso filosófico de alcance universal denominado Filosofía Perenne afirmando que es posible experimentar una forma de conocimiento que está libre de dualismos, un modo de saber no dual, el cual constituye el auténtico conocimiento espiritual.

El ejercicio capital del Testigo 

viernes, 24 de abril de 2015

Los Chakras Humanos


Existen en el cuerpo humano siete vórtices energéticos por los que la energía del Universo entra en nuestro cuerpo y nuestro espíritu, esos puntos tienen una vital importancia en nuestra salud tanto psíquica como física y cuando uno de ellos tiene problemas, la enfermedad acude a nuestra morada corpórea o espiritual.

En el siguiente vídeo, hablamos sobre estos mágicos puntos que para el que consigue dominarlos y mantener en sintonía con los vientos universales energéticos, obtiene un importante control sobre su vida.

Libérate y Deshazte de Todo el Lastre que Impide tu Crecimiento


[…] Al humano se le ha separado, etiquetado y clasificado como un animal de granja, se le ha acotado en un entorno (frontera), y se le ha soltado para que produzca en un sistema que está construido para penalizar a aquel que piensa por si mismo y que ve la competencia como un reto al que no aspira en modo alguno. […]
A menudo nos acostumbramos a vivir sin asumir ningún riesgo, nos construimos una burbuja y nos esforzamos porque esta nunca explote. Vivimos acomodados en las programaciones que nos instalaron de pequeños y nos cuesta asumir la responsabilidad de desprendernos de ellas. Las asumimos, las reconocemos, sabemos que están ahí y cuanto nos limitan, pero tememos arrancarlas totalmente de nuestras vidas, por temor a lo desconocido, el miedo irracional al no tener nada al que asirnos, cuando las zancadillas que nos de la vida nos hagan caer. Vivir con la necesidad permanente de esas muletas ideológicas es una forma más de esclavitud, no nos podemos definir como seres humanos libres y responsables, si no nos desprendemos de todo aquello que nos dijeron que era cierto y que nosotros en nuestro camino hemos averiguado que no.

Debemos aprender a vivir sin creer, sin dar algo por sentado, sin inseguridad y sin miedo. Debemos asumir que para ser seres conscientes y responsables tenemos que formarnos también mentalmente, crearnos un carácter y una personalidad propia, olvidarnos de los modelos del pasado y atrevernos a crear el nuestro, perder el temor al error, perder el pudor y la vergüenza, mostrarnos tal cual somos y no arrepentirnos jamás de nuestras decisiones, solo así, empezaras a forjar una personalidad con una identidad y unas ideas propias basadas en su experiencia y sin copias de modelos caducos e inexactos. 

Dejar de asumir como propias, ideas, conductas y conceptos ajenos, limpiar nuestra mente y empezar a construir nuestra propia estructura, desescombrar lo viejo e inútil y construir lo nuevo y propio.


No podemos pretender ser seres despiertos y concienciados, y seguir con creencias e ideales que está demostrado que no sirvieron. No basta con afirmar nuestra condición, debemos practicarla también y ser consecuentes

Al humano se le ha separado, etiquetado y clasificado como un animal de granja, se le ha acotado en un entorno (frontera) y se le ha soltado para que produzca en un sistema que está construido para penalizar a aquel que piensa por si mismo y que ve la competencia como un reto al que no aspira en modo alguno. 

Si de verdad no nos consideramos animales debemos dejar de pensar como tales, debemos tirar esos pilares que nos sujetan a una realidad que no nos identifica y no nos sostiene, que el apoyo y el suelo firme que creemos pisar no es mas que una ilusión, que esas muletas que nos ayudan a levantarnos en realidad son anclas que nos mantienen amarrados y sujetos a una estructura que nos encapsula y nos limita.

La verdadera celda está en nuestra mente y debemos ir quitando uno a uno esos barrotes que nos impiden salir y ser libres, esos barrotes que son los que crees que forman parte de ti, tu identidad, tu cultura, tu fe, tu ideología, tu clase, tu raza, son los que debes ir tirando abajo. Para poder avanzar, no necesitas agarrarte a nada porque desde ese instante nada te hará caer, caminarás con paso firme y seguro por la vida, sin pensar en qué piensen el resto, su opinión o su crítica, ya no te afectan porque eres libre y la libertad, te aporta esa seguridad, la ausencia de temor al rechazo y al abandono, te forjará una personalidad férrea. 

Perderás el miedo a ser señalado, verás cualquier intento de sabotear tu libertad como un acto infantil e inútil, una rabieta de aquel que se sabe preso pero no es lo suficientemente valiente para desprenderse de toda esas cadenas que lo amarran e impiden su libertad de pensamiento y obra, sin condicionamientos, ni remordimientos inútiles.


Toca trabajar, y perder la idea de clase, ese concepto que te dice que eres mas que otro, solo por tu condición económica o sanguínea, una trampa para que no veas al prójimo como lo que es, un igual.

 La sangre o la materia que poseas no te da categoría, mas bien te resta. Desprenderte de este concepto pasa por palpar otras realidades distintas a la que vives, restar valor a la materia y darle valor a los sentimientos. Las personas son algo más que esas cosas que consiguen acumular, son más que esos trapos que tapan sus vergüenzas, son más que esos patrones que lo clasifican, en definitiva, son más que las circunstancias que arrastran.

Sobre la corteza terrestre solo existe una raza, la humana. El racismo es otro programa que nos instalan para evitar que descubramos nuestra verdadera identidad. Nos inculcan que el tono de piel es lo que nos hace diferentes y no nos fijamos en que la diferencia realmente no existe. Nadie nace siendo racista, ningún niño que no haya sido previamente adoctrinado lo es, solo conocemos una raza y es la humana, lo único que nos diferencia es la ignorancia y eso ha llegado el momento de erradicarlo.

 La ignorancia es un agujero negro que devora nuestra inteligencia y nuestra capacidad de discernir correctamente, la ignorancia es un vacío que solo se llena con experiencia y conocimiento, solo debes perderle el respeto a saber más y todo concepto racista se desmonta por si solo.


Tu ideología por regla generales heredada de tus progenitores, salvo breves periodos de rebeldía adolescente, finalmente terminamos acogiendo la opción más cómoda que es aquella que de pequeños nos inculcaron, ser de izquierdas o de derechas, no es más que un componente diferenciador que no necesitas. Esas ideologías se diseñaron para crear enfrentamiento, detrás de una ideología no existe el debate civilizado de ideas, si no el combate de las mismas.

¡Viva la Re-Evolución!


Estamos en un pequeño himpas transitorio en el que el Ser humano tiene una oportunidad histórica sin precedentes. Sé que hay mucha literatura sobre nuestro próximo paso evolutivo y que la incredulidad se acentúa según pasa el tiempo y los acontecimientos esperados no acontecen. Quizás ese sea el problema, una actitud pasiva, en el que esperar supone que otro haga tu trabajo, ya sea el universo que traiga olas cósmicas, abra portales o se aproxime al sol galáctico, o simplemente esperas que alguien saque el conejo de la chistera y nos de una técnica milagrosa para abrir los chakras, despertar la Kundalini o proyectarnos astralmente. No soy amigo de los milagros, ni de las prisas, nadie te va a dar nada, porque todo es trabajo personal, si esperas que una federación galáctica te saque las castañas del fuego estas aviado amigo.
La revolución pasa por la evolución personal, un paso silencioso y progresivo en el que nuestros programas mentales, nuestra educación, nuestras emociones encastradas, nuestras creencias y nuestra historia, son expurgadas una a una, en un proceso lento y doloroso a veces, en el que nos costara reconocer nuestros errores y nos costara deshacernos del legado y la tradición que heredamos de nuestras familias. Tendremos que ser nosotros los que empecemos a derribar todo eso y nadie puede arrimar el hombro, porque es algo tan íntimo y aferrado a nosotros, que solo nosotros podemos cortar de raíz con eso que nos conecta al sistema, que nos mantiene enchufados a la matriz que nos controla, tendremos que cortar ese cordón umbilical que nos unía a ella para siempre.
Al margen, de que se den unos eventos que propicien que ese proceso sea menos traumático, al margen de que el universo realmente nos de un empujoncito, al final todos y cada uno de nosotros tendrá que apechugar y sacarse aquello que lo mantiene conectado e impide su libertad. Nuestra evolución natural fue cortada y manipulada, los eventos que le siguieron a este hecho están llenos de historias confusas, dioses, mitos y leyendas..
Toda la historia humana ancestral es una alegoría llena de símbolos difíciles de desentrañar, un laberinto lleno de interpretaciones que provoca que vayamos de la confusión a la desorientación, alimentando en nosotros el escepticismo y la desconfianza. Nos educaron para creer y nos cuesta afrontar el ejercicio crítico que aporta el conocimiento. Nos dejamos llevar por resonancias, que no aportan certeza, sino que lo que resuena en nosotros, son los fragmentos dispersos de memoria que son tocados brevemente por ciertas partes de la información, pero esta al ser exógena, jamás llega a ligar con la esencia que vive aletargada en nosotros, tan personal e individual, que nada de lo que resuene tendrá el tono exacto de nuestra afinación.
La información llega cuando estamos preparados para recibirla, pero solo resuena aquellos fragmentos que tu inconsciente reconoce como auténticos, pero nuestra mente toma el total como verdad y ahí es cuando caemos en el error. Todo texto para que sea creíble tiene que tener un porcentaje de verdad, por mínimo que sea, para que tu memoria dormida vibre en consonancia con lo que recibe, esta vibración nos da la sensación de estar ante una porción de conocimiento veraz, pero en verdad puede existir un alto porcentaje de falsedad y no ser descubierta.
Esta técnica la uso la religión, la filosofía y posteriormente la nueva era y toda esa progenie de canalizadores y gurús. Da igual que sean cristianos, luciferinos, budistas, hiperboreos… todos te van a dar fragmentos de verdad, simples migajas, trozos insignificantes, para lograr tu control y evitar el libre pensamiento y el acto de libre elección. Dándote fragmentos de verdad camuflaban los códigos de control mental que ya llevas impresos en tu psique a consecuencia de la alta exposición a la que diariamente te sometes a través de las tecnología de frecuencias que llenan nuestros hogares y nuestros bolsillos.

jueves, 23 de abril de 2015

Si Creamos Nuestra Propia Realidad, Entonces Por Qué Envejecemos?


Dentro de los círculos espirituales, el poder del pensamiento positivo parece indiscutible, casi sacrosanto, y hasta se nos dice que creamos nuestra propia realidad. Los autores que escriben sobre este tema nos prometen los resultados más milagrosos. Se nos dice que al pensar pensamientos correctos y al repetir afirmaciones lo suficiente podemos crear lo que queramos en nuestro futuro y hasta transformar eventos negativos y traumáticos de nuestro pasado a positivo. Haber des-creado el trauma significa que seguimos con nuestra vida como si el evento negativo no hubiese ocurrido.

No obstante, hay muchas personas que tratan de utilizar con empeño el pensamiento positivo como forma de crear una mejor vida para sí mismos pero que no experimentan mejora: no cura para las enfermedades, no riqueza ni el compañero de vida que tanto esperan. ¿Estarán haciendo algo mal estas personas? Y si los pensamientos positivos afectan nuestra realidad, ¿tendrían los negativos igual efecto? A veces tenemos pensamientos y preocupaciones temibles.

Piensen en la preocupación y ansiedad que muchos padres tienen por sus hijos. ¿Llegarán a casa con seguridad, se mantendrán alejados de la droga? A pesar de esos temores, todo sale usualmente bien. ¿Cuantas veces tenemos pensamientos de pánico respecto a un ligero malestar que tengamos, temiendo que algo ande mal con nuestra salud? Como regla, nuestros pensamientos negativos alimentados por el temor no se convierten en realidad – por suerte para nosotros!

Entonces, ¿tienen nuestros pensamientos influencia alguna en la realidad que nos rodea? ¿No somos los creadores de nuestra realidad? ¿No está preocupado el universo con nuestros pensamientos positivos y negativos y solamente sigue su camino de forma indiferente? No, no lo creo. Pero la relación entre nuestros pensamientos y nuestra realidad es mucho más sutil de lo que proponen muchas teorías respecto a la creación de nuestra realidad. Voy a argumentar que un entendimiento apropiado de esta relación debe reconocer el papel de nuestra alma en el proceso de creación, y de abordar la cuestión de cómo podemos apoyar el proceso de creación al conectarnos con nuestra alma.

Quién es el creador de nuestras vidas?

Para ganar en entendimiento en la relación entre el pensamiento y la realidad necesitamos primeramente entender qué es la creación. La creación es una fuerza que tiene su origen a nivel de la unidad total: el Todo – la Fuente primigenia – el misterio que llamamos Dios. De esa Fuente emerge no la creación, sino los creadores, seres de un orden muy elevado que pudiésemos llamar Arcángeles. Son seres cósmicos grandiosos, representado cada uno un aspecto de la Fuente original. Aunque un Arcángel es un ser vasto y magnífico, no lo es todo; no comprende toda la creación, ya que hay muchos Arcángeles. Por tanto, al igual que con los seres individuales, ellos perciben una diferencia entre el mundo interior (su forma de experimentar la vida) y el mundo exterior (el resto de la creación). Ese mundo interior es único, y por tanto con la creación de Arcángeles, viene a ser la individualidad. La experiencia de un mundo exterior infinito, opuesto a un mundo interior único que crea un sentido de individualidad.

La distinción entre realidad externa e interna también implica los conceptos de tiempo y espacio. Tan pronto como ustedes experimental algo como fuera de ustedes, significa que hay espaciofuera de ustedes. Y desde el punto de vista de seres fuera de ustedes, ustedes ocupan un lugar en el mismo espacio: ustedes comparten ese espacio, así que de esa forma, el espacio se convierte en objetivo. La misma noción de espacio implica que hay diferentes seres con su propia forma subjetiva de experimentar el mundo exterior. Si hubiese solamente unidad, solamente unicidad, la noción de espacio perdería su significado; no habría exterior ni interior.

Luego, una vez que tengan varios seres individuales dentro de un espacio compartido, habrá interacción y comunicación entre ellos. Esto introduce la noción detiempo. La comunicación afecta la realidad interior de los seres individuales; ellos cambian debido a ésta, y el cambio involucra la noción de tiempo. Por tanto, cuando tienen seres interactuantes, conscientes, también tiene tiempo –una sensación de tiempo compartido.

Con la creación de Arcángeles, la Fuente infinita creó individualidad, la distinción entre realidad interior y exterior, espacio, tiempo y la posibilidad de interacción y comunicación. Con este paso, se echaron las bases de la creación. Los Arcángeles a su vez crean muchos nuevos seres, nuevos creadores que portan parte de la esencia de los Arcángeles en sí mismos, pero quienes también añaden algo único propio – cada acto de creación involucra algo nuevo.

Y así sucesivamente. Los creadores recién nacidos también crearán nuevos creadores. Siempre hay nuevos niveles de creadores, que aportan nuevas dimensiones de tiempo y espacio. En uno de esos niveles surge el ser humano. Todo lo que creamos como seres humanos es finalmente parte del proceso mayor de la Fuente creando una amplia diversidad de creadores quienes eventualmente todos se originan del mismo sitio de Unicidad.

Una de las reglas básicas de este proceso es que, como un creador,ustedes pueden crear todo lo que quieran siempre y cuando esté en armonía con la fuente superior que los creó a ustedes. Para los Arcángeles, su Fuente superior es Dios, para nosotros, es nuestra alma. El alma es la creadora de nuestra personalidad humana, y nosotros como seres humanos reflejamos un aspecto de nuestra alma similar a cómo un Arcángel representa un aspecto de Dios.

 Los dos factores más importantes que determinan nuestra realidad humana son:

1. Nuestra alma y sus intenciones para nosotros y
2. Nuestra voluntad o no voluntad de trabajar unidos en armonía con nuestra alma, la fuente que nos creó.

Meditación guiada para lograr el estado de iluminación


Meditación guiada para lograr el estado de iluminación.


Conciencia Total, la toma de consciencia - Enric Corbera


Durante esta conferencia Enric Corbera nos explicará la diferencia entre el término conciencia y consciencia:

Conciencia es la capacidad de ser conciente, es la capacidad de saber que percibo algo que llamamos realidad pero en esa realidad no percibimos todo lo que hay pues simplemente percibimos una pequeña parte de la misma.

Ser consciente es que tras esa capacidad que tenemos de conciencia, existe una energía, una inteligencia de la cual no somos concientes pero que se manifiesta en mi vida para adquirir un nivel más elevado de conciencia para llegar a adquirir la Conciencia Total.

Con esto, podemos diferenciar dos paradigmas: o nos movemos en el paradigma de que la vida surgió de la materia inerte o bien en el que la vida es la expresión de la consciencia.