martes, 3 de octubre de 2017

¿Adicto a tus emociones? No dejes que tu estado emocional te defina


Siempre percibimos las cosas tras verlas reflejadas en el espejo de la memoria. Es ese reflejo en el espejo de la memoria lo que nos da la sensación de yo, de quién soy.


Lo que nos distingue de las otras especies es lo que ocupa el lóbulo frontal en proporción al resto del cerebro. El lóbulo frontal es el área del cerebro responsable de la intención firme, de la toma de decisiones, de regular el comportamiento, de la inspiración. Es la sede de lo que nos hace recabar información del entorno, procesarla y almacenarla en el cerebro, para posteriormente tomar decisiones o escoger de forma distinta a cómo lo hemos hecho en el pasado.

El cerebro está formado por células diminutas llamadas neuronas. Estas neuronas tienen ramificaciones muy pequeñas que salen de ellas y se conectan a otras neuronas, formando así una red neuronal. En cada punto de conexión se incuba un pensamiento o un recuerdo.

El cerebro crea todos los conceptos a partir de la ley de la memoria asociativa: las ideas, los pensamientos y los sentimientos están construidos e interconectados en esa red neuronal, y todos pueden relacionarse entre sí.

¿Que crees que es el amor?


El concepto y el sentimiento de amor, por ejemplo, están almacenados en esa extensa red. El problema subyace en que creamos el concepto de amor a partir de muchas ideas distintas. Algunas personas conectan el amor con la decepción (por sus experiencias pasadas). Así, al pensar en el amor, experimentan el recuerdo del dolor, el pesar, el enfado, e incluso la cólera. La cólera, a su vez, puede estar relacionada con la pena, que puede estar relacionada con una persona concreta, que vuelve a estar conectada con el amor. Este circuito es bastante común en las experiencias de desengaños amorosos.

Las emociones que mas expresas son el filtro de tu realidad


El cerebro no conoce la diferencia entre lo que ve en su  entorno y lo que recuerda, porque se activan las mismas redes neuronales. La fisiología nos dice que las células nerviosas que se activan simultáneamente están conectadas. Si haces algo una y otra vez, esas células tienen una relación prolongada. Si todos los días te enfadas, si todos los días te frustras, si todos los días sufres, si en tu vida das motivos para ser una víctima, todos los días estas reconectando y reintegrando la red neuronal. Y esa red neuronal tiene ya una relación duradera con esas otras células nerviosas llamadas “identidad“.

Creas tu identidad por la repetición prolongada de pensamientos y emociones ¡asegurare de que sean positivos!



También sabemos, que las células nerviosas que no se activan simultáneamente no se conectan; dejan de tener una relación duradera, porque cada vez que interrumpimos el proceso de pensamiento, eso provoca una reacción  química en el cuerpo; cada vez que lo interrumpimos, esas células nerviosas que están conectadas, empiezan a romper esa larga relación. Si practicamos, el ensayo mental, y nuestra capacidad mental de hacerlo, provocarán que algunos circuitos mentales crezcan como resultado del esfuerzo; en otras palabras, será más fácil hacerlo. Si aceptamos eso, al día siguiente, podremos hacerlo con más seguridad y aprobación.

Un carro, al pasar por un prado repetidas veces acaba creando un camino. De ese mismo modo, actúa tu red neuronal. Si cambias la forma de pensar, si decides pensar en positivo, expresar emociones que te hagan sentir bien, dejar de pensar que eres víctima de tu destino, puedes iniciar una nueva ruta neuronal. No dejes que por el echo de existir una ruta preestablecida ese sea el único camino que tomes. Al principio costará, pero una vez establecida la conexión, cada vez te resultará mas fácil.

Somos seres humanos, química y físicamente emocionales; no es nada malo. Solo se convierte en una limitación cuando no hacemos más que acceder a las mismas emociones y actitudes todos los días, sin ir a ningún sitio ( en términos de cambiar) o evolucionar en nuestra vida.

¿Cómo podemos decir que hemos vivido plenamente todos los días, si solo experimentamos las mismas emociones a las que tenemos adicción diaria? Lo que en realidad decimos es: “tengo que confirmar quien soy y cual es mi personalidad; tengo que hacer esto, tengo que ir allí, tengo que ser así”. Recuerda, eres tú quien decide como eres. Puedes ser un gruñón, o una persona dulce. Es la actitud que decides expresar, no quién eres, no dejes que tus emociones te definan.

¿Cómo nos volvemos adictos a nuestras emociones?

Características de una conciencia humana evolucionada


Averigua si te resuenan las 16 características de este nivel evolucionado de la conciencia humana, como describe el autor Ervin Laszlo. 

¿Cumples con estos 16 marcadores de una conciencia superior?


1. Soy parte del mundo. El mundo no está fuera de mí, y no estoy fuera del mundo. El mundo está en mí, y yo estoy en el mundo.

2. Soy parte de la naturaleza, y la naturaleza es parte de mí. Yo soy lo que soy en mi comunicación y comunión con todos los seres vivos. Soy un todo irreductible y coherente con la trama de la vida en el planeta.

3. Soy parte de la sociedad, y la sociedad es parte de mí. Yo soy lo que soy en mi comunicación y comunión con mis compañeros humanos. Soy un todo irreductible y coherente con la comunidad de los seres humanos en el planeta.

4. Soy más que un organismo material piel y huesos. Mi cuerpo, y sus células y órganos, son manifestaciones de lo que verdaderamente soy yo: un ser auto-sostenible, sistema dinámico de auto-evolución derivado de la persistencia y la evolución en la interacción con todo lo que me rodea.

Soy parte de la naturaleza, y la naturaleza es parte de mí.


5. Soy [una] manifestación evolucionada de la unidad hacia la coherencia y la integridad en el universo. Es la misma esencia, el mismo espíritu que es inherente a todas las cosas que surgen y evolucionan en la naturaleza, ya sea en este planeta o en otro lugar en los infinitos confines del espacio y el tiempo.

6. No existen límites absolutos ni divisiones en este mundo, solo puntos de transición en los que un conjunto de relaciones rinde prevalencia a otro. En mí, en este auto-mantenimiento y auto-evolución de la coherencia – un sistema orientado a la totalidad-, las relaciones que integran las células y órganos del cuerpo son frecuentes y prevalecen.

7. La identidad separada que concedo a otros seres humanos y otras cosas no es más que una convención conveniente que facilita mi interacción con ellos. Mi familia y mi comunidad son tan “yo”, como los órganos de mi cuerpo. Mi cuerpo y mente, mi familia y mi comunidad, están interactuando y los elementos que se interpenetran, diversos elementos prevalentes en la red de relaciones que abarcan todas las cosas de la naturaleza y el mundo humano.

8. No hay “otros” en el mundo: todos somos sistemas vivos y todos somos parte uno del otro. Toda la gama de conceptos e ideas que separan mi identidad, o la identidad de cualquier persona o comunidad, de la identidad de otras personas y comunidades, son manifestaciones de esta convención conveniente pero arbitraria.

Mi familia y mi comunidad son tan “yo”, como los órganos de mi cuerpo.

lunes, 2 de octubre de 2017

El valor de la información como herramienta para elevar nuestras conciencias


En la actualidad, los sucesos y eventos que impactan al mundo, abarcan todos los ámbitos imaginables. Mantenernos informados es la clave para poder elevar la conciencia.

Para muchos de nosotros, la rutina diaria empieza con la lectura de los diarios o con ver los noticieros mientras desayunamos. Pero en pocas ocasiones nos detenemos a pensar sobre la importancia de mantenernos bien informados. Sobre todo cuando nuestro interés concreto, debería ser el pleno entendimiento del valor de la información como herramienta para elevar nuestras conciencias. Por desgracia, con mucha frecuencia escuchamos comentarios de familiares, amigos o compañeros de trabajo, en relación a la noticia del día.

Pero casi siempre con un enfoque negativo o de crítica.

En realidad, deberíamos entender cada noticia que conocemos, como una oportunidad de elevación de nuestra frecuencia de pensamiento. Sabemos que por ley de atracción, cada vez que adoptamos una postura negativa ante algo, estamos opacando el natural brillo de nuestra luz interior. Es por ello que hoy te invitamos a que analices a detalle tus reacciones ante las noticias que te presenta el mundo. El enfoque que les otorgues, hablará de tu estado de conciencia.


Conocer lo que pasa en nuestro hogar planetario, es vital para entenderlo y tener la posibilidad de modificarlo mediante el pensamiento positivo.

Elevar nuestra conciencia es una decisión. Nuestra esencia divina es pura e inalterable. Por ello debemos usarla bien y enfocarla al reconocimiento de la energía pura que existe en todo cuento nos rodea.


Pongamos un ejemplo. Imaginemos que por la mañana, leímos en un diario que los mercados de dinero en Reino Unido, sufrieron terribles pérdidas y que el nivel de especulación es alarmante. Ante el hecho, tenemos dos opciones. La primera es angustiarnos o molestarnos por lo sucedido. Incluso podemos llegar a criticar a quienes manejan dichas finanzas o a los gobiernos. Es muy fácil caer en la tentación de comprometer nuestras ideas, cuando nos presentan una noticia negativa.


Sin embargo, existe la segunda opción de reacción. Nos referimos al reconocimiento del orden superior de todas las cosas. No necesitamos ser expertos analistas o tener una maestría en manejo de bolsas de valores. El punto es elevar el pensamiento y afirmar que, sin importar lo aparente, cualquier circunstancia encontrará su equilibrio. Por ello hacemos hincapié en la importancia de estar bien informados. En la medida que conozcamos los detalles de lo que pasa en el mundo, más fácilmente seremos capaces de generar nuestra propia reacción positiva.

A veces, esperar a que alguien se nos acerque para preguntarnos si ya nos enteramos de algo, implica que pondremos atención en la intención o emotividad de quien nos comunica la noticia. Dificultando que nuestra reacción sea armoniosa y de reconocimiento pleno al orden superior.


Algunas noticias impactan sobre nuestra naturaleza humana

viernes, 29 de septiembre de 2017

6 hábitos de las personas altamente empáticas


¿Estamos viviendo en la era de la empatía? Si crees que estás escuchando la palabra “empatía” por todas partes, tienes razón. Ahora está en los labios de científicos y líderes empresariales, expertos en educación y activistas políticos.


La empatía es la capacidad de percibir lo que otro ser pueda sentir. Es la capacidad de ponerse en el zapato de otra persona, con el objetivo de entender sus sentimientos y perspectivas, sus frustraciones, miedos y alegrías, y utilizar esa comprensión para guiar nuestras acciones.

Eso lo hace diferente de la bondad o la compasión. A diferencia de la empatía, la compasión no es solo  la percepción de lo que otro pueda sentir, sino también la comprensión de ese sufrimiento, y el deseo de aliviar, reducir o eliminar por completo tal sentimiento. La empatía no es necesáriamente exclusiva de las emociones negativas o del sufrimiento ajeno, como lo es la compasión.

La empatía es la herramienta, la compasión, una de las formas de usar esa herramienta.



Según una nueva investigación, es un hábito que podemos cultivar para mejorar la calidad de nuestras propias vidas. Además, es importante, para aquellas personas que ya son empáticas, vigilar el ambiente en el que se mueven, pues pueden llegar a absorver emociones que no son las suyas própias (para mas información haz click aquí), aunque este echo no ocurre únicamente a las personas empáticas.

¿Cómo puedo expandir mi propio potencial empático?


La importancia que ha adquirido la empatía en los últimos años proviene de un cambio revolucionario en la ciencia, de cómo entendemos la naturaleza humana. El viejo punto de vista contemplaba al ser humano como un ser esencialmente interesado ​​en sí mismo.

Esta idea está siendo empujada a un lado por la evidencia de que también somos “homo empathicus”, seres conectados por empatía, cooperación social y ayuda mutua.

El cerebro empático


Durante la última década, los neurocientíficos han identificado un “circuito de empatía” de 10 secciones en nuestro cerebro que, si está dañado, puede restringir nuestra capacidad de entender lo que otras personas están sintiendo. Los biólogos evolutivos, como Frans de Waal, han demostrado que somos animales sociales que naturalmente hemos evolucionado para cuidar los unos de los otros, al igual que nuestros primos primates. Y los psicólogos han revelado que estamos preparados para la empatía por fuertes relaciones de apego en los dos primeros años de vida.

Pero la empatía no deja de desarrollarse en la infancia. Podemos nutrir su crecimiento a lo largo de nuestras vidas y podemos usarlo como una fuerza para la transformación social.  Podemos hacer de la empatía una actitud y una parte de nuestra vida cotidiana y así mejorar las vidas de todos los que nos rodean. ¡Aquí están los seis hábitos de la gente altamente empática!


Hábito 1: Cultiva la curiosidad hacia los demás


Las personas altamente empáticas (HEPs) tienen una curiosidad insaciable por los demas. Hablarán con la persona que está sentada al lado de ellos en el autobús, habiendo conservado esa curiosidad natural que todos tuvimos como niños, pero que la sociedad se ha encargado de erradicar de nuestro comportamiento.

La curiosidad expande nuestra empatía cuando hablamos con gente fuera de nuestro círculo social habitual, encontrando vidas y visiones del mundo muy diferentes de las nuestras. La curiosidad es buena para nosotros también: se identifica como una fuerza clave personal que puede mejorar la satisfacción de la vida. Y es una cura útil para la soledad crónica que aflige a tantas personas en nuestra sociedad. La cultura tóxica en la que vivimos de la que tanto habla el doctor Gabor Maté (para ver artículo hacer click aquí).

 La curiosidad extiende nuestra empatía cuando hablamos con personas fuera de nuestro círculo social habitual.


Todo lo que requiere es coraje. Cultivar la curiosidad requiere más que tener una charla breve sobre el tiempo. Crucialmente, intenta entender el mundo dentro de la cabeza de la otra persona. Nos enfrentamos a extraños cada día, como la mujer fuertemente tatuada que entrega su correo o el nuevo empleado que siempre come su almuerzo solo. Asume el reto de tener una conversación con un extraño cada semana.



Hábito 2: Desafía los prejuicios y descubre los puntos en común


Todos tenemos suposiciones acerca de otros y usamos etiquetas colectivas, por ejemplo, “pakistaní”, “estirado”, “judío”que nos impiden apelar a su individualidad. Los altamente empáticos desafían sus propias preconcepciones y prejuicios buscando lo que comparten con las personas en lugar de lo que las divide. La empatía supera el prejuicio, incluso los más enraizados, como los prejuicios raciales.

Aplicando el punto 1, si consideras que los blancos son lo peor, o los negros inferiores, o los pobres o los ricos unos ladrones… (podría continuar, las etiquetas y los prejuicios son innumerables), prueba a salir de tu zona de confort i conocer a una de estas personas a las que pre´viamente has etiquetado, para ver si realmente corresponden con tu prejuicio. Te darás cuenta que todos los seres humanos tenemos más en común de lo que nos pueda llegar a diferenciar. El poder de la empatía puede superar el odio y cambiar nuestras mentes.


Hábito 3: Prueba la vida de otra persona

Cuatro reglas para la vida, de Lao Tzu



¿Cómo vivir una vida inspirada y pacífica? Hace muchos siglos, Lao Tzu, habló de las cuatro virtudes cardinales, enseñando que cuando las practicamos como una forma de vida, llegamos a conocer la verdad del universo.


El antiguo maestro chino dijo que vivir y practicar estas enseñanzas puede abrirte a la sabiduría superior y a una mayor felicidad, ya que te realineas con la fuente y eso te permite acceder a todos los poderes que la fuente de energía te puede ofrecer.


“Cuando logres conectar tu energía con el reino divino a través de la alta conciencia y la práctica de la virtud indiscriminada, la transmisión de las últimas verdades sutiles seguirá”.
Lao Tzu
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Las Cuatro Virtudes Cardinales se encuentran en el Tao Te Ching, una colección de dichos que exponen las principales enseñanzas taoístas. Tiene 81 versos poéticos cortos llenos de sabiduría universal para la política, la sociedad y la vida personal, y tiene como objetivo apoyar la armonía personal a través de la correcta visión y comprensión de la existencia.

El Tao (también conocido como el Camino o el Dao) ha desconcertado a sus lectores durante siglos con sus crípticas y deliberadas contradicciones, pero ofrece una profunda contemplación a los buscadores, prestándose a variadas interpretaciones y cuestionamientos internos.

El Tao Te Ching es el texto básico del taoísmo, pero también ha influido en el confucianismo y el budismo chino, y está entre algunas de las obras más traducidas de la literatura mundial. Este poderoso texto del Tao refleja la fuerza del universo e incluso del universo mismo. Mientras muchos han tratado de dar sentido a su misterio, un hombre se sumergió en este texto, literalmente viviendo su sabiduría, y luego destiló la esencia de estas antiguas enseñanzas de misterio para una audiencia moderna.

En 2006, el difunto Wayne Dyer se sintió inspirado a pasar todo su 65º año leyendo, investigando y meditando sobre los mensajes de Lao Tzu, yendo a retirarse para practicarlos y, en última instancia, anotando las ideas que sentía que Lao Tzu quería que supiéramos. El Dr. Dyer investigó diez traducciones muy respetadas del texto y el resultado de ese año que le cambió la vida fue su libro más vendido Change Your Thoughts-Change Your Life: Living the Wisdom of the Tao.

Cariñosamente conocido como el Padre de la Motivación, el Dr. Dyer dice Las cuatro virtudes cardinales de Lao Tzu representan la manera más segura de dejar hábitos y excusas detrás y reconectarse a su naturaleza original. “Cuanto más armonices tu vida con las cuatro virtudes, menos controlado serás por el ego intransigente”.
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“Darse cuenta de la constancia y estabilidad en su vida es darse cuenta de la naturaleza profunda del universo. Esta realización no depende de ninguna condición transitoria interna o externa, sino que es una expresión de la propia naturaleza espiritual inmutable. La única manera de alcanzar el Camino Universal es mantener las virtudes integrales de la constancia, estabilidad y sencillez en la vida cotidiana.”
Lao Tzu
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El Tao nos anima a estar en contacto con nosotros mismos, particularmente con nuestro ser más profundo, porque cuando sabes quién eres realmente, es cuando descubres la paz eterna. A Lao Tzu le gustaba comparar diferentes partes de la naturaleza con diferentes virtudes. Él dijo: “Las mejores personas son como el agua, que beneficia a todas las cosas y no compite con ellas. Se queda en lugares humildes que otros rechazan. Por eso es tan similar al Camino (Dao).”

Cada parte de la naturaleza puede recordarnos una cualidad que admiramos y debemos cultivar nosotros mismos: la fuerza de las montañas, la resistencia de los árboles, la alegría de las flores.
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Las cuatro virtudes cardinales, o reglas para vivir la vida, pueden proporcionar un marco para una vida llena de paz interior y propósito.


1. Reverencia por y para toda la vida



Esta virtud se manifiesta como amor incondicional. Recuerda en tu corazón una verdad olvidada: incondicional significa sin condiciones. Amor y respeto, sin condiciones; sin esperar que por ello te amen o te respeten, sin esperar gratitud o reconocimiento.. nada. Eso es incondicional.

Una consideración positiva por todas las criaturas del universo, comenzando por nosotros mismos, entonces esto fluirá naturalmente hacia todos los demás. Esta reverencia es para toda la vida, no sólo algunas formas de ella. Es honrar todas las formas de vida; en tu núcleo adquieres una comprensión espiritual innata de cómo funciona el universo realmente, todos somos chispas de un solo fuego.

Cuando vivimos con reverencia por toda vida, renunciamos a nuestra necesidad de controlar y dominar. Naturalmente vemos en el aprecio sincero y en la gratitud por toda la vida, la clave para disminuir el ego.

Afirma esto tan a menudo como puedas, porque cuando te ves de una manera amorosa, no tienes nada más que amor, es lo que extendiendes hacia afuera. Y cuanto más amas a los demás, menos necesitas viejos patrones de excusa, particularmente los relacionados con la culpa.

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2. Sinceridad natural



Esta virtud abarca la bondad y la autenticidad. Es un sentimiento de compasión y un amor que todo lo abarca, para todos los seres. Cuando somos sinceros y actuamos con integridad, nos movemos hacia la paz y la tranquilidad interior. Nuestra conciencia es clara, no tenemos malas sensaciones sobre nuestras acciones, ya no son deshonestas, no pueden erosionar una mente pacífica.

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“Mi religión es muy simple, mi religión es bondad.”
Dalai Lama.

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Gran parte de estos cuatro pilares se relacionan con el karma, la ley de causa y efecto, y el mantenimiento del equilibrio y la impecabilidad. Esta virtud es la honestidad, la sencillez y la fidelidad, dice Wayne Dyer. Se trata de ser fiel a uno mismo y caminar tu camino.

Si te resulta desafiante, trata de afirmar, “Ya no necesito ser insincero o deshonesto. Esto es lo que soy, y así es como me siento.”


3. Gentileza

jueves, 28 de septiembre de 2017

OMETEOTL: UNA INTERPRETACIÓN FILOSÓFICA SOBRE LA DIVINIDAD POLAR TRINITARIA DEL MÉXICO ANTIGUO


EN UN INTENTO POR RESCATAR EL SIMBOLISMO COSMOGÓNICO DEL ANCESTRAL PUEBLO DE ANÁHUAC (HOY CONOCIDO COMO MÉXICO), EXPONDREMOS UNA INTERPRETACIÓN MÁS CERCANA A LA FILOSOFÍA DE LOS ANAHUACAS


¿Qué forma tendrán nuestros rostros en la casa del misterio? ¿Es aquello real o acaso no lo es? ¿Quién puede, de cierto, definir la verdad? El Dador de Vida se muestra impenetrable.

Cantares de los Señores

Y quisiera alegrar al desventurado fauno, que yace allí bajo la tierra dormida.

W. B. Yeats

En un intento por rescatar el simbolismo cosmogónico del ancestral pueblo de Anáhuac (hoy conocido como México), expondremos una interpretación más cercana a la filosofía de los anahuacas, pues debido a la confusión producto de la imposición cultural y religiosa, así como las dificultades propias de adaptar términos de una lengua profundamente ligada a un pensamiento filosófico tan distinto al europeo, propician que surjan interpretaciones erróneas o superficiales, que carecen del significado trascendental en que su lengua madre los concibió.

El significado tradicional que actualmente se atribuye al término Ometeotl puede generalizarse como: "Divino Señor de la Dualidad", lo cual dista bastante de la visión que tenían de Ometeotl los pobladores del antiguo territorio de México, pues el término Ometeotl es una expresión para designar una rica filosofía producto de un pueblo culto con un pensamiento metafísico altamente sofisticado que representaba como divinidades de su panteón. Para adentrarnos al conocimiento detrás de este término primero es necesario conocer el origen de la palabra, así como clarificar las confusiones interpretativas que han surgido en su estudio.

Según nos dicta la etimología, el termino Ometeotl está compuesto por:

"ON" (prefijo reverencial) + "E" (tres) + "OME" (dos) + "TEOTL" (divino)

La partícula "On" significa unidad, Por su parte, la raíz "E" significa tres; cuando se unen, ambos elementos componen el número "Ome", dos. A su vez, cuando el número "Ome" se une con otro término, pierde la desinencia "E" (salvo excepción), como en "Ome" (dos) + "Teotl " (divino) = "Onteotl" (divina dualidad); sin embargo, el componente “Ome” del nombre de Ometeotl no se refiere al número 2, sino a la composición "Om-E", (respetable 3). De ahí que el informante mexica que asesoró la confección del Códice Vaticano lo tradujera como "Señor de Tres Dignidades" (Om, "digno" + E, "tres" + Teotl, "divino"), por lo que la traducción más acertada seria:

Ometeotl: Divina Uni-Dual-Trinidad. Ometeotl es único en esencia, triple en acción y dual en manifestación.

Este detalle no lo tuvo en cuenta el padre Garibay Kinana, quien en la década de 1940 lo dio a conocer cuando tradujo los cantos mexicas, traduciéndolo como “dios dual”, y tampoco los miembros de la llamada "mexicanidad" que, a fines del siglo pasado, tomaron el nombre de Ometeotl de las obras de Kintana y Portilla, con todo y traducción.

Omeyocan: este es como si dijésemos la 'Causa Primera', por otro nombre llamado Ometeotl, que es tanto como 'Señor de Tres Dignidades'.

(Códice Vaticano 3738, única fuente conservada que explica el termino como “Señor de Tres Dignidades”)



Todos estos detalles aunados a la idea del “dualismo” del cristianismo occidental moderno, como un concepto moral de "el bien" y "el mal", condujeron al entendimiento erróneo de Ometeotl como personificación de la toxica idea dualista del cristianismo moderno (hago énfasis en el término “moderno”, pues la doctrina del cristianismo ha sido tan deliberadamente manipulada y alterada que el cristianismo moderno puede considerarse una fragmentación adulterada del cristianismo original primitivo; todo parece indicar que la idea de dualidad no existía en el cristianismo original, esta idea fue posteriormente adoptada de la antigua religión zoroástrica).

Ometeotl no tenía templos; era, pues, casi desconocido por el pueblo común, pero muy nombrado en los poemas de las clases altas, pues aparece en las Antiguas Palabras y en los Cantares de los Señores, que son documentos más bien filosóficos, y ahí es donde yace la clave para entender la profundidad del término.

El principio de la tríada se puede encontrar en muchas religiones trinitarias, y en diversas escuelas filosóficas y/o esotéricas, como la de los egipcios, los hindúes o la propuesta teológica de la Santísima Trinidad de los cristianos; también encontramos la triple gema del budismo, o los tres principios de la alquimia; en esencia todos representan lo mismo, pero cada uno manifiesta una visión única propia de sus creencias, cultura y su facultad de percibir al mundo a su propia manera.

Ometeotl, en la ideología tolteca, viene a encarnar:

CÓMO LOGRAR LA TRASCENDENCIA SEGÚN EL FILÓSOFO JIDDU KRISHNAMURTI



KRISHNAMURTI INVITA A ASUMIR QUE SOMOS SERES RADICALMENTE DIFERENTES CONFORME PASA EL TIEMPO, Y QUE EL RETO VERDADERO ES VOLVER AL MUNDO UN LUGAR MEJOR

En 1943 el psicólogo Abraham Maslow propuso la teoría de la motivación humana, en la cual se explica cómo una persona actúa en función de una jerarquía de necesidades: desde las necesidades más básicas, como respirar, comer, descansar, tener sexo y generar homeostasis, hasta las más elevadas características de la autorrealización, como la creatividad, la espontaneidad, la falta de prejuicios, la aceptación de los hechos y la resolución de problemas. Esto, en Occidente, permitió comprender la naturaleza cambiante del ser humano frente a deseos superiores de autorrealización.

Sin embargo, para su coetáneo oriental, el escritor y filósofo espiritual Jiddu Krishnamurti, la trascendencia interna de un individuo va mucho más allá del sentido de autorrealización. En su libro The Revolution From Within, Krishnamurti explicó que son los pensamientos, las actitudes y la cultura en la que vivimos lo que produce un cambio radical y fundamental; no obstante, este cambio no es más que una modificación de lo que solíamos ser. ¿Es eso un cambio fundamental hacia la autorrealización? Para él, sólo queda observar esos procesos mentales y preguntarnos acerca de todo lo que conocemos.

En cierto sentido, Krishnamurti deseó sembrar la semilla de la duda cuestionando el verdadero significado del cambio: ¿es posible tener un cambio fundamental? En el fondo, como mencionaba en sus pláticas, las preguntas más importantes de la vida realmente no tienen respuestas finales. Él compara los resultados con un eje asintótico, es decir que sólo podemos acercarnos a la perfecta verdad a través de la negación, de descartar lo que no es verdad ni útil, en un intento de dirigirnos más allá del pensamiento condicionado –por la cultura– y alcanzar un cambio fundamental y radical.

Por esta razón, para acercarnos a la verdad, es importante cuestionarse constantemente sobre lo que se sabe y acercarnos a las preguntas más trascendentales desde un punto de vista de alguien naïve o que lo desconoce todo, es decir, que al vernos en el espejo seamos capaces de preguntarnos quiénes somos, de dónde venimos, a dónde nos dirigimos, en dónde estamos parados ahora mismo, y respondernos sólo con lo que estamos enfrentando con la vista.

No se trata tan sólo del cumplimiento de cada uno de los niveles en la jerarquía de las necesidades, ni de alcanzar un mayor conocimiento a través de libros, documentales o pláticas, sino de experimentar un cambio radical que provoque una revolución en la mente mediante la libertad en el aquí y en el ahora. Esto es, en la sensación de haber liberado todo resentimiento y tristeza en cualquier momento que decidamos, para poder sentirnos en abundancia –en conexión mente y cuerpo– en el aquí y en el ahora.

Para lograrlo, Krishnamurti invita a asumir que somos seres radicalmente diferentes conforme pasa el tiempo, y que en la actualidad ya no es costeable ser alguien “ordinario” pues el reto verdadero es volver al mundo un lugar mejor. Si se toma en cuenta que cada una de nuestras acciones impacta en el cambio del mundo, pues “somos el mundo; y no somos sus orillas”, seremos capaces de ver que “lo que hacemos, hace al mundo, y en cada lugar en donde enfrentamos los problemas reales, estamos ejerciendo un cambio radical y fundamental”.

Ese cambio fundamental puede realizarse cuestionándonos en torno a nosotros y al medio en el que vivimos: a) ¿Ese objetivo vale la pena?; b) ¿Es necesario?; c) ¿Necesito cambiar del todo? No obstante, hay momentos en que la confusión puede abrumarnos ante estas preguntas, por lo que Krishnamurti explica que cuando uno está confundido, se debe pausar todo tipo de actividad mental; de lo contrario, sólo comenzaremos a saturar a nuestra confusión:

Observa las actividades de la mente sin intentar cambiarlas o ponerles un fin, porque en el momento en que encuentres un final, regresarás a la dualidad de ‘yo, no-yo’. Es la mente la que no está consciente de sus propias actividades que alguien más introdujo, y de las cuales nos volvemos esclavos.

De modo que para liberarnos de este abrumo y realizar una transformación fundamental, es cuestión de comprender el proceso de nuestro propio pensamiento: ¿de dónde vino?, ¿con qué está relacionado?, ¿es funcional o útil?…